Authors: Antonio Salas
»... El 8 de octubre era la fecha para que llegara el hermano Mohammed Saleh con la comisión de Hizbullah. Hasta ese momento habíamos hecho un trabajo de organización y habíamos celebrado varias asambleas. La primera fue en la casa del hermano Vicente Bocanegra, la segunda fue en la sede frente a la mezquita y la tercera fue en la casa de la esquina, diagonal a la casa de Liliana Bula Epieyu. Es la casa que tiene un patio enorme cercado con paredes de bloque. En este patio celebramos la tercera reunión general de Hizbullah, fue donde tomamos una fotografía donde aparecemos Felipe González dirigiéndose al público desde una mesa usando una cofia blanca (gorro islámico), Liliana Bula, Pedro Luis Herrera Caballero y mi persona sentados a la misma mesa, un público wayuu y una pancarta con letras en árabe y español que dicen Hizbul Islam, el cual es Hizbullah en Latinoamérica. El acuerdo final entre Mohammed Saleh y mi persona fue el de crear la célula de Hizbullah, cosa que yo he hecho cuestión de honor, pues en ninguna forma puedo echar atrás la palabra empeñada».
Darnott me facilitó una copia de esa fotografía. Siguiendo las indicaciones del tal Saleh, que no tiene nada que ver con mi hermano el director del portal de noticias árabe-venezolano de Caracas, Teodoro Darnott eliminó de la red la mayor parte de los contenidos de sus foros, webs y blogs mantenidos por el MGLN durante los cuatro años anteriores a la fundación de Hizbullah-Venezuela. Sin embargo, las armas y el apoyo logístico prometidos nunca llegaron. Aquellos aspirantes a componer una célula de Hizbullah en Colombia, porque en realidad no estaban en suelo venezolano, sufrieron las inevitables luchas de poder desde el mismo instante de su fundación. Y dos tendencias se diferenciaron rápidamente entre los nuevos conversos indígenas: los que seguían al comandante Teodoro, y los que preferían una opción liderada por Juventino Martínez y Yaiza Marrugo.
Enérgicamente empeñado en mantenerse al mando de la célula de Hizbullah, que en realidad no era más que una promesa de un desconocido que jamás llegó a materializarse, Darnott no dio su brazo a torcer. Se erigió máximo responsable de Hizbullah América Latina, apoyado por un grupo de indígenas wayuu colombianos. Y la noticia no tardó en llegar a los paramilitares que, según Darnott, empezaron a interesarse por él. Atemorizado por la amenaza de los
paracos
, decidió regresar a Venezuela para establecer definitivamente en su país de origen la promesa de una célula de Hizbullah, con la ayuda y recursos que esperaba de Saleh. Y regresó por donde había salido cinco años antes, por los «caminos verdes».
Cruzó la frontera colombo-venezolana por Paraguachon, sorteando los puestos policiales del DAS y la Guardia Nacional bolivariana. Después de muchos peligros y calvarios llegó a Varilla Blanca y de allí a Maracaibo. Como si aquellos cinco años de exilio en Colombia no hubiesen existido, Darnott regresó a la ciudad zuliana sin un bolívar, como se había ido. Pero esta vez tenía una causa concreta por la que luchar, la idea de una organización de Islam revolucionario (atención a este concepto), que llevase por nombre Hizbullah-Venezuela. Darnott convocó a sus viejos camaradas revolucionarios del MGLN, a sus hermanos wayuu, y todo el que quiso escuchar su mensaje de conversión al Islam. Y volvió a los cibercafés para crear nuevos foros, nuevos blogs y nuevas páginas en Internet desde las que lanzaría al mundo su mensaje de un yihad latino. Y a pesar de que nunca, ni antes ni después, recibió ningún apoyo del gobierno bolivariano, en 2006 Darnott se sumó a todos los grupos de izquierda que pedían el voto para Chávez en las elecciones del 3 de diciembre de ese año. Mejor Chávez que Rosales, pensó.
En sus charlas y conferencias entre los revolucionarios zulianos, que no son mayoría, y entre los wayuu venezolanos, consiguió algunas conversiones al Islam que engrosaron las filas del naciente Hizbullah-Venezuela. Y que después serían mencionadas con gran alarmismo por los detractores de Chávez, al que acusaban de estar detrás de aquellas conversiones de indígenas wayuu venezolanos al Islam chiita de Hizbullah: en total tres wayuu se convirtieron al Islam predicado por Darnott. Un ejército bastante parco para constituir una amenaza terrorista en mi humilde opinión.
Sin embargo, en Internet volvía a circular el nombre del comandante, ahora rebautizado Teodoro Rafael Darnott
Abdullah
, líder de la primera célula de Hizbullah en Venezuela, y eso atrajo a muchos curiosos, y a muchos infiltrados. Tanto a sus inconexos blogs, como a su perfil de Facebook. Yo era uno de ellos. De hecho, sospecho que la inmensa mayoría de los usuarios de sus nuevos
websites
no éramos lo que decíamos ser. Mover en la red una supuesta sucursal venezolana de Hizbullah, después de la sangrante guerra del Líbano en 2006, significaba necesariamente tener encima a todos los servicios de información internacionales. Sin embargo, a pesar de ello, algunos devotos reales se sumaron a los foros de Hizbullah-Venezuela. Conversos al Islam, jóvenes y apasionados, dispuestos a hacer lo que Teodoro Rafael Darnott Abdullah les ordenase. Uno de ellos se llamaba José Miguel Rojas Espinoza. Un estudiante en la Universidad Bolivariana de Venezuela que estaba a punto de destrozar su juventud por causa de Hizbullah.
Por lo poco que pude averiguar de José Miguel Rojas, era un zuliano nacido el 14 de marzo de 1982, domiciliado en el barrio La Rinconada, Avenida Principal... de Maracaibo. Aunque posteriormente se establecería en la Calle Real de Maca de Petare, en el Municipio Sucre de Caracas. Introvertido, soltero y con cédula de identidad número 16 177..., era un muchacho de profundas inquietudes religiosas. Estudiante universitario, me lo encontré en otros foros teológicos, donde intentaba, como Darnott, compatibilizar su formación y tradición judeocristiana con su vocación islámica. En los foros de E-Magister, y en un debate sobre «¿Cuál es tu cita bíblica favorita?», Rojas Espinoza respondía a la consulta diciendo que su cita preferida era el salmo titulado «Las dos sendas, la del justo y la del impío» (Salmos 1, 1-6), y añadía que en su opinión el Islam estaba perfectamente identificado con esa cita bíblica. Ese mensaje de Rojas Espinoza es muy interesante, porque nos aproxima a su forma de entender el Islam. El Salmo 1 del Antiguo Testamento dice
:
«Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado, sino que en la ley de Jehová está su delicia y en su Ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae, y todo lo que hace prosperará. No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento. Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio ni los pecadores en la congregación de los justos, porque Jehová conoce el camino de los justos, mas la senda de los malos perecerá».
Realmente, sustituyendo la palabra
Jehová
por
Allah
, este texto del Talmud, incluido también en la Biblia, bien podía formar parte del Corán. De hecho, hasta que me tomé la molestia de leer y copiar el Corán a mano, no fui consciente de la cantidad de personajes, textos y conceptos que son comunes a las tres religiones. Sorprende que, con tantas cosas en común, judíos, cristianos y musulmanes llevemos quince siglos matándonos entre nosotros. Es probable que, si los occidentales que acusan al Corán de ser un libro violento se hubiesen molestado en leer el Antiguo Testamento de la Biblia cristiana o la Torah judía, se lo pensarían dos veces. Porque el Corán, que afirma ser el final de una revelación que comenzó con Abraham, integra en sus textos fragmentos, personajes y episodios de la Biblia y el Talmud. Así que acusar al libro sagrado del Islam de sanguinario implica necesariamente hacer lo mismo con la revelación cristiana y judía. Y creo que solo los ateos podrían permitirse ese lujo siendo coherentes.
En los foros de Hizbullah-Venezuela, José Miguel Rojas utilizaba la dirección de correo: [email protected], lo que refleja sus parcos conocimientos del árabe y del Islam. Y al margen de las comunicaciones «abiertas» que Teodoro Darnott podía mantener en los foros de Hizbullah-Venezuela, en esos mismos momentos estaba adoctrinando privadamente al joven José Miguel Rojas, convirtiéndolo en muyahid, y lo llevaría a destrozar su vida y su juventud, antes de que llegase aquel invierno.
En cualquier caso, durante agosto y a solo cuatro meses de las elecciones generales, Darnott, que sabía que es imposible sobrevivir política o socialmente como revolucionario en Venezuela enfrentándose a Chávez, olvidó sus amargas experiencias anteriores con el FUS o la Asamblea Nacional y pidió el voto de los musulmanes para el MVR en diciembre. Doy fe de que Hugo Chávez no tuvo nada que ver con ese apoyo solicitado por Darnott y su pequeño grupo de wayuu conversos e internautas anónimos. A pesar de que, tras lo que estaba a punto de suceder, todos los medios internacionales responsabilizarían a Chávez como inductor, a causa de aquella petición de voto que hizo Darnott a última hora. Darnott seguía en Zulia, pero sus enfrentamientos con Manuel Rosales habían sido aún mayores que con el MVR, así que hizo lo que consideró mejor para sus proyectos de futuro. Está claro que sus objetivos de crear un partido islámico en Venezuela tenían más posibilidades de apoyo con un Chávez amigo de los árabes que con un Rosales amigo de los norteamericanos.
Hizbullah-Venezuela presentó una actividad frenética. Hasta catorce nuevos blogs de Teodoro Darnott aparecieron en la red. Los blogs, a diferencia de las páginas web con un dominio en Internet, son gratuitos. No es necesario registrar al usuario con ningún documento o credencial. Cualquiera puede crear un blog y publicar la mayor cantidad de disparates, estupideces e incluso delitos que se le ocurran. Lo sé por experiencia propia. Pero la falta de legislación concreta todavía juega a favor de los cibernautas. Y Darnott también lo sabía.
Entre el 6 y el 18 de agosto de 2006, en menos de dos semanas, surgieron en Internet más de media docena de nuevos blogs que remitían a HizbullahVenezuela.
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Posteriormente, todos ellos se recopilarían en una única página oficial de Hizbullah-Venezuela en Internet:
www.teocraciavenezuela.blogspot.com
y, por expresa petición de Teodoro Darnott, yo sería el
webmaster
que controlase esa página...
A estas alturas, yo tenía muy claro que tras Hizbullah-Venezuela solo había un pobre desgraciado con una ambición revolucionaria modelada por una vida llena de golpes y pobreza, sin contactos, ni formación, ni conocimientos árabes o islámicos. Y que tenía muy poco que aportar a mi investigación. A pesar de que su existencia era un regalo para los detractores de Chávez, que podían exagerar la peligrosidad de Hizbullah-Venezuela, acusando al presidente venezolano de apoyar la presencia de terroristas libaneses en el país. Pero lo cierto es que todo era un timo. No existía ninguna relación entre la ridícula agrupación liderada por Darnott, en una remota ciudad de Zulia y en Internet, con la poderosa y letal Hizbullah libanesa. Y yo me sentí estafado. Tantas horas perdidas delante del ordenador para ganarme la confianza del responsable de Hizbullah-Venezuela, y resulta que ni siquiera hablaba árabe... En ese momento decidí cerrar la línea de investigación sobre este supuesto grupo terrorista. Al menos hasta el día 23 de octubre. Lo que ocurrió entonces dio un giro internacional radical a esta historia, convirtiendo a Teodoro Darnott y a José Miguel Rojas en héroes internacionales para los yihadistas de todo el mundo.
En agosto de 2006 además, y antes de que Hizbullah-Venezuela entrase por la puerta grande del yihadismo internacional, Lahssan Haida publicaba en su periódico una interesante entrevista con el doctor Raimundo Kabchi,
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uno de los oradores en la manifestación de protesta contra los bombardeos israelíes al Líbano del mes anterior. Según aquel reportaje, Kabchi había llegado a Venezuela en 1958, escapando de los conflictos de su Líbano natal. Prestigioso abogado y profesor del Instituto de Altos Estudios Diplomáticos Pedro Gual (adscrito al Ministerio de Asuntos Exteriores), Kabchi no es traductor profesional, sin embargo se convirtió en el principal asesor de Hugo Chávez en asuntos árabes y acompañaba al presidente en sus viajes por Oriente Medio, ejerciendo como su traductor de confianza. Antes de aquella entrevista, Kabchi ya había acompañado a Chávez en sus viajes oficiales a Arabia Saudí, Qatar, Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos, Libia, Argelia, etcétera. Y continuaría haciéndolo después. De hecho, cualquier observador mínimamente sagaz que prestase atención a las imágenes de Hugo Chávez en cualquiera de esos países árabes, emitidas por Al Jazeera, Al Arabiya o cualquier otro canal de televisión, no tardaría en descubrir a Raimundo Kabchi, a unos metros del presidente. Si existía una persona en Venezuela que poseía información privilegiada sobre la verdadera relación de Chávez con los árabes, era su traductor y asesor de confianza. Además era libanés, y por tanto podía estar mucho más cerca del Hizbullah real que aquella caricatura sectaria inventada por Darnott. Así que decidí dar un volantazo en mi investigación y dirigir mis pesquisas hacia Kabchi.
Nunca había visto a Raimundo Kabchi por la Gran Mezquita de Caracas, como tampoco había visto por allí a ningún miembro de Hizbullah-Venezuela. Pero como dije antes, eso era lógico: la mezquita Ibrahim Bin Abdul Aziz Al-Ibrahim, construida con fondos saudíes, era suní, y los guerrilleros de Hizbullah y la mayoría de sus colaboradores son chiitas. Darnott incluido. Eso me reforzó en mi sospecha de la relación de Kabchi con Hizbullah. Me equivoqué una vez más.
Con referencias como las del director del Centro Islámico Mohammad Alí Ibrahim Bokhari o el director del periódico
Noticias Internacionales
Lahssan Haida, que acababa de entrevistarlo, no me costó ningún esfuerzo que Raimundo Kabchi accediese a recibirme en su lujoso despacho de la avenida Urdaneta, esquina de Ánimas, en pleno centro de Caracas. Libanés, asesor de confianza de Chávez y panelista en la manifestación contra los bombardeos israelíes del pasado julio, cuando llamé a la puerta del Escritorio Jurídico Kabchi e Hijos esperaba encontrarme con un comando de Hizbullah en pleno... Y para mi sorpresa, Kabchi ni siquiera es musulmán. Nuevo gancho de izquierda a mis prejuicios.
En todos los artículos que había leído denunciando la presencia de organizaciones terroristas árabes en Venezuela, el nombre de Kabchi aparecía varias veces, apuntando a su complicidad con el régimen chavista al fomentar las alianzas de Venezuela con el mundo árabe. Pero todos los autores de esas acusaciones habían olvidado mencionar que Kabchi es un cristiano maronita, algo que no encaja demasiado bien con mi idea del yihadismo terrorista. Yo y mi maleta de prejuicios habíamos dado por supuesto que el libanés asesor de Chávez en todos sus viajes a los «países terroristas» tenía necesariamente que ser un fanático islamista, pero como me había ocurrido con Aiman Abu Aita, el líder de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa en Belén (Palestina), descubrí que su lucha contra Israel era política, y no religiosa. Ambos eran cristianos.
Los maronitas, a diferencia de los coptos, los ortodoxos y otras Iglesias cristianas orientales, nunca rompieron relaciones con el Papa de Roma. Víctima del colonialismo europeo, como el resto de Asia, África o América, cuando Francia abandonó el Líbano ideó un pseudodemocrático sistema de gobierno que tenía por objeto mantener el equilibrio entre las tres grandes comunidades sociales que convivían en el país. Y de esa forma, desde entonces y por ley, el presidente de la República del Líbano debe ser un cristiano maronita, como Kabchi, el primer ministro debe ser un suní y el presidente del Senado, un chiita. Claro que los franceses no contaron con que la natalidad entre las familias musulmanas es mucho más elevada que entre las cristianas, por mucho que el Santo Padre se empeñe en reprochar los sistemas anticonceptivos. Con lo cual, aquel reparto equitativo del poder, que imaginaron los franceses de los años cuarenta para mantener el equilibrio entre tres colectivos similares, hace mucho que se desequilibró por el aumento de la población islámica y la reducción de la cristiana.
Raimundo Kabchi es un hombre extremadamente cordial y accesible. Su elegante traje de corte europeo y la exquisita decoración de su despacho distaban mucho de mi idea de un terrorista. Las únicas armas que vi en su oficina eran los tratados jurídicos y los cientos de libros que atestaban su biblioteca. Y a pesar de tratarse del hombre de confianza del presidente del país en materia árabe, conmigo siempre fue extremadamente amable y cercano. Quizás porque le emocionó la falsa historia de mi dramático enviudamiento en Palestina. Y, tal vez por eso, en la primera de mis visitas a su despacho me regaló varias horas de su tiempo para una larga y profunda entrevista, que aquí solo puedo resumir por una cuestión de espacio.
Kabchi aterrizó en Venezuela con dieciséis añitos, escapando de las guerras civiles en el Líbano. Con tan mala fortuna que llegó a Maiquetía el mismo día del golpe de Estado contra Pérez Jiménez. «Y pensé, no fui a morir allí entre los míos, y voy a morir en una acera por aquí y nadie va a saber de mí. Después de cinco horas desde Maiquetía llegué hasta la casa de mi hermana en Caracas, que vivía cerca de Miraflores...»
—Supongo que todos los árabes venezolanos compartimos esa admiración por el presidente, ¿no?
—Tienes razón, Muhammad... Decenas de muchachos árabes nacidos después de la embestida israelí en contra del Líbano, y de Palestina recientemente, llevan el nombre de Hugo Chávez. Me cupo el honor, como venezolano de origen árabe, de que hace dos semanas una universidad árabe de Túnez hiciera una encuesta a lo largo del mundo árabe, en las universidades, y el ídolo para ellos, el hombre capaz de cambiar el mundo, se llama Hugo Rafael Chávez Frías. En cada manifestación en el mundo árabe no están las imágenes de sus jefes de Estado ni de partido, solo hay dos retratos: el de Hassan Nasrallah, líder indiscutible del mundo libanés, musulmán e inclusive mundial, por su valerosa y heroica resistencia al genocidio israelí, y el retrato de nuestro presidente. En cualquier país árabe. Hoy día uno va a países árabes y cree que está en una ciudad cualquiera, en un pueblo cualquiera venezolano, porque las imágenes de Chávez están en todas las paredes, en todos los lugares. La bandera de Venezuela ondea en todos los lugares. Cosa que me llena de orgullo como venezolano de origen libanés y árabe.
Kabchi lo sabe porque ha acompañado a Chávez en la mayoría de sus viajes a países árabes. No solo como traductor, sino como asesor político.
—Mira, estoy tan imbuido de todo lo que representa Chávez, que soy capaz de desempeñar cualquier cargo no oficial, no con oficina, no con sueldo. Cualquier cosa que me pida Chávez. Y me siento yo agradecido, no él a mí, por las pocas cosas que yo le brindo, porque me da la oportunidad de hacer algo, primero por este país que adoro, sino también al propio presidente, por lo que significa para mí. Y a este proceso, que no es ya el proceso venezolano, es modelo y ejemplo, no para transportar sino para que los pueblos del Tercer Mundo vean en nuestro jefe de Estado un modelo que, con su valentía, interpreta el sentir, la conciencia, el deseo de la gente, que sus gobernantes no hacen.
—Pero ¿cómo es él en las distancias cortas? —insistí.
—... yo de verdad le digo a mi familia que ojalá todos los venezolanos conociesen de verdad este Chávez que los medios tendenciosos quieren presentar como un tirano, un déspota, un maltratador de mujeres, un hombre hecho como los prusianos, dentro de un molde de militarismo cerrado, etcétera. Es un hombre sumamente culto, un hombre sumamente dado, es un amigo extraordinario, cree mucho en la amistad, y cuando uno de sus amigos lo traiciona, y son muchos los que le traicionaron... Muchas veces, en los viajes a Medio Oriente, llego a pasar veinticuatro horas con él, y lo conozco con su grandeza e inclusive con las cosas pequeñas de un hombre común y corriente...
Kabchi es consciente de que una de las cosas que hacen más peligroso a Chávez es el contagio de su ideario bolivariano y revolucionario a otros países de América Latina.
—Si vemos a Chávez desde la acera de USA o de otros subimperios, como Israel, Blair, etcétera, efectivamente Chávez puede representar un peligro, pero no porque él esté exportando su revolución, sino porque las realidades que agobian a los venezolanos son las mismas que agobian al pueblo latinoamericano, al pueblo africano, etcétera. Y estos pueblos saben cuáles son los problemas y se rebelan contra ellos, y con ello concuerdan con los postulados de Chávez. Pero que Venezuela y Chávez pueden servir de paradigma, eso sí. Mira, fuimos en contra de las recetas del Banco Mundial, y del Fondo Monetario Internacional, pronosticaron que íbamos a estar en una bancarrota, y acaban de reconocer que se equivocaron con Venezuela, y efectivamente Venezuela ha generado prosperidad, ha habido un crecimiento, y sobre todo una atención para los desposeídos que habían sido olvidados desde la llegada de Cristóbal Colón a nuestro continente hasta la llegada de nuestro presidente. Esta gente, hoy en día, con nuestras misiones, tiene acceso a la salud, a la educación, a los productos agrícolas mucho más baratos. Esto puede servir de modelo y ejemplo a estos países. Visto desde el lado yanqui, Chávez es peligroso, como cualquier persona que trata de cambiar el statu quo que impera en el mundo donde hay explotación, donde otros disfrutan las riquezas de esos pueblos mientras ellos sufren hambre, etcétera.
Raimundo Kabchi es un hombre muy amable. Lo cierto es que resulta fácil hablar con él. Así que, después de un buen rato de distendida entrevista, me atreví a tocar un tema un poco más escabroso. Ilich Ramírez Sánchez,
Carlos el Chacal
, y su relación con Hugo Chávez, que tan duras críticas le había supuesto al presidente de Venezuela en Europa...
—¿Qué Europa? ¿La Europa que llevó al lugarteniente del Che Guevara a ser ministro de Cultura en Francia? ¿La Europa que viene a defender en Alemania a una persona considerada en nuestro país vecino terrorista y narcotraficante, y le obliga a reconsiderar su proceso? El presidente Chávez, cuando trata a ese ciudadano venezolano que llaman el Chacal, imprime en esa relación la moral y ética del presidente Chávez. Un asesino en cualquier sociedad tiene el mismo derecho que tú y yo. Muchas veces es víctima de la propia sociedad. Eso no se trata de que tú convalidas lo que ha hecho o apoyas lo que ha hecho, sino simple y llanamente uno apoya a los demás su propia moral. Y así es tratado Carlos el Chacal por el presidente Chávez. Yo no veo ninguna cosa anómala. Estados Unidos intervino, personalmente, en Bolivia, contra una sentencia por terrorista en un país del centro de América del Sur, e hicieron todo lo posible por llevarla a USA. Qué diferencia hay entre lo que hizo USA con sus súbditos, lo que hizo Francia o Alemania con sus súbditos, con lo que hace Chávez. Yo digo más. Venezuela tiene que ser mucho más militante en defender los derechos que tiene Carlos el Chacal. Será terrorista, será asesino, pero es inocente hasta que haya una sentencia. Y como venezolano, siendo genio o siendo matón, tiene derechos, igual que en cualquier otra sociedad. ¿Por qué la gente, frente a una sensibilidad social de Chávez, se alarma, pero no le criticaron a Mitterrand el llevar al lugarteniente del Che a ser su ministro de Cultura?
Aparentemente, Kabchi no conocía, o no quería aceptar, la sentencia a cadena perpetua que ya había dictado un tribunal francés contra Carlos. Ya puestos, y vista su disposición a responder todas mis preguntas, me atreví a tocar otro tema sensible: la supuesta complicidad de Venezuela con el terrorismo islamista.
—Ni los árabes son terroristas, ni el Islam es terrorista. En el supuesto de que esa acusación falaz fuese cierta, ¿qué relación tiene USA con Arabia Saudita? ¿El Islam de Pakistán, de Musharref, lacayo de USA, es diferente al Islam de otros países? Ahora eso de Al Qaida y la relación del presidente Chávez con el terrorismo... Llevan ocho años hablando de eso, y no han sido capaces de presentar ni una sola prueba, ni una sola. Pero hacen sus acusaciones a boleo, y como hay periodistas pagados por ellos, y hay canales de televisión por todo el mundo, entonces amplifican la acusación del Imperio, y se hacen eco de ella sin confirmación de ningún tipo. Estos medios en Venezuela, por ejemplo, que repiten las palabras del Imperio sobre la supuesta relación nuestra con el terrorismo, e inclusive hablan de bases de entrenamiento en Isla Margarita, bueno, pues no tenemos ni un solo kilómetro en Venezuela vedado a nadie. ¿Y no han logrado en ocho años verificar si es verdad o no? Estos estadounidenses que dicen poder ver desde la luna la moneda que está en la calle de cualquier ciudad ¿todavía no han podido presentar una sola foto, una sola imagen, una sola prueba fehaciente sobre esto?
Antes de despedirnos, no pude resistir la tentación de pedirle un pronóstico a Kabchi sobre las elecciones generales que se avecinaban, y en las que todo el mundo tendría puestos los ojos el siguiente 3 de diciembre. ¿Qué iba a ocurrir ese día, según el principal asesor árabe del presidente?
—Lo que ha pasado en los últimos siete años. En esta «tiranía feroz» de Chávez se han llevado a cabo doce elecciones y referéndums, muchas veces por iniciativa propia de él, y siempre les ha dado una paliza, tanto al Imperio como a los candidatos que se jactan de recibir dinero del Imperio. Dinero que reciben bajo el manto de una ayuda a las «organizaciones democráticas», dicho sea de paso, «organizaciones democráticas» que fueron las que hicieron posible el golpe de Estado en Venezuela, que el pueblo rechazó a las cuarenta y siete horas. Va a pasar lo mismo. Mira, un presidente que se ha preocupado no solo del 20 por ciento de los venezolanos que pertenecen a la clase próspera, sino del 80 por ciento que pertenece a la clase marginada, a través de todos los programas sociales, este pueblo no puede sino responderle a este presidente. Amor por amor. Un presidente que ha elevado el nivel del pueblo, que ha solucionado para siempre el problema del analfabetismo, el problema de la salud, que era un lujo al que no accedían los pobres y ahora el médico toca tu puerta para saber si estás enfermo; haber construido 5300 escuelas que no se habían construido en toda la historia de Venezuela, una treintena de universidades, y que ha hecho de Venezuela un país donde ser pobre ya no es un estigma. Ese pueblo responderá como lo ha hecho siete años y votará masivamente al presidente Chávez. Y en la noche del 3 de diciembre saldrán los voceros del Imperio diciendo fraude. Como lo hicieron el 16 de agosto de 2004. Los observadores internacionales de la UEA, del Centro Carter, europeos, dicen que fueron libérrimas y ellos decían que fraude y que iban a presentar pruebas, y hasta ahora. Eso ocurrirá el 3 de diciembre, ya lo verán...