Authors: Antonio Salas
—En la película
Chico
se recoge el momento en que conoces a Ilich Ramírez, sin duda el venezolano más internacionalista. ¿Hasta qué punto refleja la película tu relación con Comandante Carlos?
—Yo creo que
Chico
refleja correctamente, claro, solo en parte, lo que fue de mi amistad con el Comandante Carlos. Tuve el derecho asegurado hasta en el más ínfimo detalle para influir sobre la escritura del guión, así que todo lo que está en la película pasó por mi mano también. Quise que se expresara mi opinión sobre el comandante, y que se intentara derrumbar ese mito negativo que se ha construido sobre su persona y sobre sus actos. Habiendo hablado con centenares de personas desde que se presentó el film, puedo asegurarte que, en una amplia mayoría, las reacciones son más que positivas; ahora me refiero exclusivamente a las partes relacionadas con mis encuentros y conversaciones con el comandante. Mucha gente me ha expresado hasta gratitud por haberles mostrado «la otra cara de la moneda». Yo la única intención que tenía era la de aclarar algunas de las mentiras difundidas durante años sobre el paso del comandante por Hungría.
—Y para terminar... Después de una vida tan intensa y llena de experiencias, como periodista, soldado, agente secreto, luchador social, poeta, intelectual, actor... ¿Qué planes tienes para el futuro?
—Creo que no tengo motivos para acongojarme. Este nuestro mundo va de mal en peor y con esto lo que quiero decir es que tenemos bastante trabajo por delante, y eso no es poco. Por lo tanto hay que ponerse las pilas, como dicen en España, y trabajar. Trabajar por el Islam, trabajar para ayudar a quienes lo necesitan, pelear si es necesario, donde y por la causa justa que así lo requiera. ¿Sobre mis planes? Tengo un nuevo libro, un poemario listo ya para ser publicado, tengo otros proyectos para escribir, y también hay una nueva película en camino.
Insallah!
Para la tranquilidad de quienes vieron
Chico
: esta vez no tendré ningún papel, no voy a actuar en esta nueva película, que está basado el guión en mi primer libro,
La guerra sucia
, y tendré algún trabajo como consultante durante el rodaje. ¿En lo restante? Será lo que Dios quiera. Entre otros ejemplos, tengo el del Quijote delante de mí... imagen entrañable y positiva. Lo demás no vale un comino.
Pero Rózsa mentía. O al menos no me había confesado toda la verdad de sus planes inmediatos. Aunque aún era pronto para saberlo.
En noviembre, mis viejos amigos del grupo SKA-P, a los que conocí durante mi infiltración en el movimiento antifascista, celebraban un multitudinario concierto en Caracas, que nada tenía que envidiar al organizado por Juanes en la frontera colombo-venezolana meses antes. Solo que ellos contaban con el apoyo incondicional del gobierno de Venezuela. Tanto es así que su tema «El Libertador», dedicado a Simón Bolívar pero reinterpretado en clave chavista, se convirtió en el nuevo himno de la juventud bolivariana. La letra de la canción no es casual. VTV, que había madurado mucho en sus armas para la guerra mediática, supo ver el potencial bélico de esta bomba de alta potencia y editó un videoclip con imágenes del presidente Hugo Chávez sobre la canción de SKA-P: se convirtió en un misil subliminal que constantemente irrumpía en la programación de VTV a partir de noviembre de 2008.
Y exactamente a las 12:43 del día 5 de ese mes, solo veinticuatro horas después de que Barack Obama se convirtiese en el cuadragésimo cuarto presidente de los Estados Unidos, llegaba a la bandeja de entrada de mi correo electrónico un e-mail del Chino Carías que iba a originar otro brusco giro en la dirección de esta investigación. Reproduzco el correo tal y como me llegó:
Fecha: 05/11/08 12:43
Asunto: un saludo camarada
Enviado por: hotmail.com
Camarada el mensaje que te voy a enviar en el próximo mensaje es un encuentro de grupos rebeldes y sociales en la ciudad de Estocolmo, Suecia. El objetivo es reinvindicar el papel de la lucha armada y su vigencia histórica. Haré todo lo posible para hacerte llegar tu invitación como combatiente del pueblo palestino. No difundas el mensaje ya que es de caracter clandestino.
Efectivamente, en su siguiente comunicado Comandante Chino me adelantó que, una semana después, organizaciones revolucionarias de izquierdas de todos los rincones del planeta se darían cita en un encuentro mundial en Suecia, y estaban interesados en que Ilich Ramírez Sánchez participase telefónicamente, a través de mí. «A ti te van a enviar tu invitación —añadía el Chino—. Yo les hablé de ti, de tu trayectoria, esperan con gran entusiasmo tu participación en el foro. Van alrededor de sesenta compatriotas.»
El líder tupamaro y ex subdirector de Seguridad Ciudadana de Caracas me estaba invitando formalmente a acompañar a la delegación venezolana en un encuentro internacional de organizaciones comunistas, revolucionarias y también de la mayoría de los grupos armados que profesaban esa ideología política, entre los que aseguraba que se encontrarían sandinistas, FARC, etarras, tupamaros, palestinos, zapatistas, senderistas, elenos, etcétera. Se trataba del VII Foro Socialista internacional de Suecia, organizado por ABF-Estocolmo.
Por supuesto, ni por un instante pensé que aquella inesperada invitación de los tupamaros venezolanos, que me pilló totalmente desprevenido, se debiese a mis méritos como terrorista. Ni siquiera las buenas referencias que daban de mí mis instructores de armas, ni mis libros y artículos sobre la lucha palestina, justificaban aquella invitación a un evento internacional «de carácter clandestino». No hace falta ser un lince para deducir que lo que verdaderamente interesaba a los organizadores del evento era contar con la presencia de Ilich Ramírez,
Carlos el Chacal
, y sabían que eso podían conseguirlo a través de mí. Cualquiera de los seguidores del
website
oficial de Ilich Ramírez estaba al tanto de mi relación permanente con el legendario Carlos, sobre todo desde el mes de agosto, cuando el Chacal empezó a llamarme personalmente todas las semanas, desde su prisión en París.
Ahora restaba preguntar al comandante Ilich Ramírez si, en su opinión, yo debía participar en el evento de Suecia para facilitar su intervención en el mismo. Y así se lo pregunté en su siguiente llamada telefónica. Ilich Ramírez se mostró muy interesado en el acto. Me sugirió que aceptase la invitación y que la compartiese con Eduardo Rózsa. Así que acto seguido le planteé al vicepresidente de la Comunidad Islámica en Hungría la posibilidad de reunirnos en Estocolmo. Sin embargo, Rózsa me dio largas.
El Chacal, por su parte, no solo aceptó participar en el acto de Suecia, sino que incluso redactó un comunicado, en español y francés, que debería leerse en la reunión, tanto si él conseguía entrar telefónicamente como si no.
ILICH RAMÍREZ SÁNCHEZ
Cárcel de Poissy, noviembre 2008
Mensaje para los camaradas y amigos del Séptimo Foro Socialista:
La presencia del presidente de los Tupamaros de Venezuela, el veterano guerrillero Alberto Carías, me permite reiterar mi solidaridad con todos los que resisten a los imperialistas y a los sionistas, portadores de ideologías criminales y terroristas. Vuestras iniciativas de denuncia de la represión de Guantánamo a la Palestina son un soplo de aliento para quienes estamos secuestrados en las mazmorras de los yanquis y de sus cómplices.
Un abrazo caluroso a los doctores y los paramédicos suecos, voluntarios en los dispensarios de los campos de refugiados palestinos, y en particular a la heroica enfermera mutilada en el sitio de Tell El-Zaotar, al norte de Beirut.
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria, socialismo o muerte! VENCEREMOS
Salud Camaradas
Carlos
Aquella invitación suponía otra oportunidad periodística extraordinaria. La posibilidad de conocer, desde dentro, un encuentro internacional entre diferentes grupos armados, sus nombres, sus relaciones, sus pactos. Y, lo que es más extraordinario, una reunión que no iba a producirse en ningún remoto país africano, en ningún suburbio asiático, ni siquiera en ninguna selva latinoamericana, sino en una de las capitales más cosmopolitas de la vieja Europa. Sin embargo, aceptar dicha invitación implicaba nuevos riesgos. Tendría que viajar una vez más solo y sin ninguna cobertura a un país extranjero cuya lengua, cultura y riesgos desconocía. Y, lo que es peor, en esta ocasión no tenía absolutamente ningún contacto al que poder recurrir en caso de que las cosas se complicasen. No habría plan de contención. Dependería en exclusiva de mis recursos. Y de mi pasaporte...
Por un momento pensé en acudir a la embajada de Suecia. Como relato en
El año que trafiqué con mujeres
,
16
en enero de 2004 tuve la oportunidad de asistir en Madrid a un ciclo de conferencias sobre el modelo sueco que penaliza al cliente de la prostitución y no a la mujer prostituida, organizado por la embajada sueca en España y presentado por Ana Botella, concejala de Asuntos Sociales y esposa del aún presidente José María Aznar, y por el todavía ministro de Trabajo Eduardo Zaplana. Ana Míguez, directora de Alecrín y una de las presentadoras de mi libro dos meses después, me presentó a Ana Botella, que resultó ser conocedora de mi
Diario de un skin
, y ambas me invitaron a acompañarlas tras las conferencias en una recepción organizada en la embajada de Suecia. Allí pude conocer también al excelentísimo embajador señor Lars Grudberg y a su esposa Gunnel, y a la ministra de Democracia, Integración e Igualdad de Género de Suecia Mona Shalin, que visitaba Madrid aquellos días para asistir a las conferencias sobre prostitución. Así que estuve tentado de intentar recuperar el contacto con el embajador sueco en España, para pedirle cobertura en mi inminente viaje a Estocolmo. Pero tras valorar los pros y los contras llegué a la conclusión de que sería un error similar al que cometí cuatro años antes, al pedir ayuda a mi antiguo contacto en el MOSSAD, antes de viajar a Palestina. Se supone que iba a infiltrarme entre terroristas y no ayudaría a mi tapadera tener a los servicios de información suecos detrás de mi sombra. Además, después de que fuese un mando de la policía española quien me delatase a los Hammerskin durante mi infiltración en el movimiento neonazi, mi desconfianza hacia los servicios de información está justificada.
Estaba desesperado, así que finalmente decidí acudir al agente Juan y a alguno de sus compañeros en los servicios de información españoles. Juan sabía en qué andaba yo metido, pero no quería que ninguno de sus compañeros compartiese esa información, así que evidentemente estaba pidiendo a los funcionarios un ejercicio de fe imposible.
—A ver si lo he entendido bien... ¿Quieres que le diga a mis «primos» que necesitas un pasaporte falso, pero que no les diga quién eres ni para qué lo quieres? —El agente Juan contenía solidariamente la sonrisa para no carcajearse en mi cara al repetir mis palabras.
—Sí, lo sé, suena disparatado, ¿no? Pero entiéndelo, no me hace ninguna gracia meterme en la boca del lobo, en un país que no conozco y en el que no tengo ni un solo contacto, y encima utilizando mi pasaporte. Si por casualidad llegan a verlo, descubrirían mi identidad real y toda la investigación se iría al carajo...
—Habértelo pensado antes, chaval. Ahora no estás tratando con rapadillos neonazis ni con simples traficantes. Y esto te queda grande. Puedes conseguir fácilmente un pasaporte en el mercado negro, pero ya sabes que lo vas a tener que pagar. Y, si quieres uno europeo o americano, te va a costar más caro que uno africano, por ejemplo. Pero el problema es que si te pillan usando un pasaporte falso, no te libra ni Garzón... estarías cometiendo un delito. Yo puedo orientarte, ayudarte, decirte por dónde tienes que buscar; pero si lo haces, yo no quiero saber nada...
—No necesito tu ayuda para conseguir un pasaporte falso, Juan, pero es que no quiero eso. Quiero que todo sea legal, y sé que un juez podría autorizarlo si alguien de tu servicio presiona un poco... sé que hay formas...
—Las habría, Toni, si fueses un funcionario o trabajases para Defensa o incluso para Interior. No habría ningún problema en prepararte una identidad para que fueses a Suecia con las espaldas cubiertas. Y si supieran hasta qué punto estás metido, estoy seguro de que incluso te darían cobertura allí. Sería muy sencillo... pero tendrías que darles algo a cambio. Por muy buenas referencias que yo les dé de ti, y aunque supiesen que estoy pidiendo ese favor para Antonio Salas, ningún mando se va a mojar si no les explico adónde vas y lo que vas a hacer. Y, además, comprometiéndote por escrito a darles a ellos la información y a no publicarla en un libro...
Juan me lo dejó tan claro como el agua. Si quería ayuda de los servicios de información, debería trabajar para ellos y no para mis lectores. Así que volvía a estar solo. No podía esperar ningún apoyo oficial, y tendría que buscarme la vida para viajar a Suecia con mi pasaporte real. Aunque el agente Juan me dio una información esperanzadora.
—Piensa que podía ser peor. Al menos, desde 1996 Suecia pertenece al espacio Schengen...
—¿Y eso qué significa?
—Que es territorio europeo. Es decir, que no necesitas tu pasaporte para viajar hasta Suecia desde Barcelona. Puedes hacerlo utilizando solo tu DNI, y eso siempre es más fácil de falsificar que un pasaporte.
—Joder, Juan, ya te he dicho que no quiero usar ningún documento falso...
—Yo no te he dicho que uses un documento falso, sino que les hagas creer a tus amigos que vas a utilizar un documento falso, por si te lo pillasen. Las mafias de la prostitución mueven a las chicas por toda Europa utilizando simplemente los NIE, las partidas de nacimiento, y los documentos falsos que les preparan. No es necesario un pasaporte si se mueven por Europa con una identidad europea. Mientras sean países del Tratado Schengen puede hacerse. Y como todas las bandas de crimen organizado lo hacen, lo lógico sería que un terrorista como tú también utilizase un DNI falso... Si te deshaces de tu pasaporte, que tiene más cuños de países árabes que el de Ben Laden y les convences de que te mueves por Europa con un DNI español comprado en el mercado negro, al menos te curarías en salud por si en algún momento te lo pillan... No se me ocurre otra cosa, Toni, lo siento.