Excesión (33 page)

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Authors: Iain M. Banks

Tags: #Ciencia Ficción

Así que, en cierto modo, ha sido culpa mía. Lo siento.

Esperaba que esta confesión no fuera necesaria, pero le he dado vueltas en mi mente y he llegado a la conclusión de que –igual que en el caso de la información original sobre la señal aparecida en el casco– no tenía alternativa. ¿Lo habías supuesto? ¿Habías empezado a hacerlo? ¿Confías todavía en mí?

ªª

Se me había ocurrido, pero no tengo acceso a los archivos de transmisión de la Tendencia y no quería preguntárselo directamente a los otros miembros de la Pandilla. No confío menos en ti por lo que me estás diciendo. ¿Por qué has decidido contármelo ahora?

ºº

Me gustaría conservar tu confianza. ¿Has descubierto algo más?

ªª

Sí. Creo que hay una conexión con un hombre llamado Genar-Hofoen, representante de Contacto ante la Afrenta en un hábitat llamado God'shole, en el Hoja de Helecho. Se marchó de allí el día después del descubrimiento de la Excesión. Circunstancias Especiales ha alquilado tres cruceros pesados a la Afrenta para llevarlo a Grada. Llegarán dentro de catorce días. Su biografía: (archivos adjuntos). ¿Ves la conexión? De nuevo esa nave.

ºº

¿Crees que se ha involucrado más allá de lo que sospechábamos inicialmente?

ªª

Sí. Y también la
Zona gris
.

ºº

La secuencia de acontecimientos no apunta a ella. Si la
Zona gris
se esfuerza realmente, está en Grada... ¿cuándo? ¿Tres días después de que el humano haya llegado? Pero eso sigue dejando a nuestra amiga dos meses o más sin haber estado en contacto...

ªª

Lo sé. Pero sigo pensando que está pasando algo. Estoy probando todas las líneas de investigación posibles. Estoy haciendo averiguaciones con los contactos más probables mencionados en su ficha, pero las cosas están yendo terriblemente despacio. Te agradezco tu confianza. Permaneceré en contacto.

ºº

De nada. Manténme informado.

[punto estrecho intermitente, M32, tra. @4.28.865.2203]

ª ª Excéntrica
Liquídalos más tarde

ª ª VGS
Solo llamadas serias

ºº

Me he hartado de esperar. He llamado (archivo de señal adjunto).

ªª

Y ahora "no confía menos en ti". ¡Ja!

ºº

Sigo convencido de que era lo mejor.

ªª

Como tú digas. Ya está hecho. ¿Y qué hay de la nave a la que le pediste que fuera a Miseria?

ºº

Está de camino.

ªª

¿Y por qué Miseria?

ºº

¿Acaso no resulta obvio? Puede que no. Puede que la paranoia de
La impaciencia por la llegada de un nuevo amante
sea contagiosa... Lo sea o no, permíteme presentar mi argumento: Miseria alberga una auténtica cornucopia de armamento. De hecho, solo las armas desplegadas en ella para proteger el polvorín principal –esto es, las naves– representan un enorme potencial de destrucción. Es cierto que la trayectoria que sigue la nave no la acerca a la Excesión, pero si a la zona general que interesa a la Afrenta. Ahora bien, aunque ha pasado casi inadvertida hasta el momento, y en el caso de que no fuera así, no sería de gran interés para la Afrenta (y, en cualquier caso, está perfectamente capacitada para defenderse sola) y no forma parte de la sutil movilización organizada por la
Brillo acerado
, representa a pesar de todo la mayor concentración de material bélico de las proximidades.

He empezado a preguntarme: ¿Cuándo, aproximadamente, empezó la Cultura a albergar dudas –dudas serias– sobre la Afrenta? ¿Y cuándo fue elegida Miseria como uno de los depósitos de naves? Aproximadamente al mismo tiempo. De hecho, Miseria fue elegida, preparada y armada en la misma unidad temporal en que se produjo el debate relativo a una posible intervención militar contra la Afrenta, poco después del fin de la Guerra Idirana. Hay millones de cuerpos celestes idénticos a Miseria. La galaxia está llena de basura cósmica como ésa que vaga entre las estrellas. Y sin embargo, Miseria fue una de las once elegidas para esta misión. Una roca cuyo lento progreso la llevaría a espacio de la Afrenta en cuestión de cinco o seis siglos –dependiendo de la velocidad a la que la Afrenta expandiera su zona de influencia– y que, previsiblemente, permanecería en ese espacio durante mucho tiempo, habida cuenta de que lo lógico es que la influencia de la Afrenta se expandiera mucho más deprisa que una lenta roca giratoria que se desplaza a menos de una décima parte de la velocidad de la luz. ¡Qué casualidad tener un arsenal de tal magnitud en espacio de la Afrenta!

¿No podría todo esto ser un montaje?

Piensa en esto: ¿no es la clase de cosa que uno se sentiría orgulloso de haber pensado? Tanta previsión, tanta paciencia, tanta atención al largo plazo, tan plausibles tus protestas de inocencia si resultara que alguien percibiera la coincidencia. Desde luego
yo
me sentiría muy complacido de haber formado parte de semejante plan.

Y por último, en cuanto al comité de Mentes que supervisó la elección de estos almacenes de armas, ¿no te resultan familiares los nombres
Woetra
,
Moreno diferente
y
No se inventó aquí
?

Si se toma todo en su conjunto, y aún reconociendo que casi con toda seguridad no es más que un callejón sin salida, creo que no sería un acto de irresponsabilidad tratar de poner un par de ojos amigos en la vecindad de esa preciosa roquita.

ªª

Bien. Comprendo tu argumento.

ºº

¿Y qué hay de tus investigaciones?

ªª

Mi idea original era tratar de encontrar en Grada a alguien aceptable a quien pudiéramos persuadir para que trabajara para nosotros. Sin embargo, esto resultó muy poco práctico. Contacto y Circunstancias Especiales tienen una presencia considerable en el hábitat pero no creo que podamos arriesgarnos a revelar nuestros temores a ninguno de ellos. De modo que he llegado a un acuerdo preliminar con un antiguo aliado para que apoye nuestra causa si se presenta la ocasión. Ahora mismo se encuentra a un mes o más de Grada, y la Excesión está más lejos, pero tiene acceso a muchas naves de guerra. Lo malo es que aunque varias de ellas pueden ser movilizadas solo unas pocas pueden ponerse a nuestra disposición. No como
naves de guerra
, me apresuro a añadir, y desde luego no para utilizarlas contra otras naves de la Cultura, pero sí como apoyos o como sistemas de transporte, cuando descubramos un punto débil en la conspiración que creemos que existe (si es que llegamos a descubrirlo).

Esa persona, Genar-Hofoen. Puede que encamine mis pesquisas en esa dirección, si consigo no pisarle los metafóricos pies a nuestra mutua amiga.

Este enfoque nuevo, con la Afrenta, me preocupa. ¡Son tan agresivos! ¡Tan resueltos! Porque, a pesar del horror que tan a menudo expresamos sobre sus efectos en los demás, existe, creo, una especie de admiración secreta en mucha gente de la Cultura por la energía de la Afrenta, por no mencionar su aparente independencia de los efectos de la conciencia moral. Es una amenaza evidente y al mismo tiempo un problema muy difícil de abordar. Me da miedo pensar qué planes espantosos podría idear, y con la conciencia tranquila, una Mente por lo demás perfectamente estimable con el fin de hacer frente a esta amenaza.

Del mismo modo, teniendo en cuenta la escala cualitativa de la oportunidad que la Excesión podría representar, la Afrenta es precisamente el tipo de especie –y se encuentra precisamente en la fase de su desarrollo más idónea– que podría intentar alguna locura que, por muchas probabilidades que tuviera de fracasar, podría ofrecerles, en caso de no hacerlo, una recompensa merecedora de los riesgos corridos. ¿Y quién puede decir que sería un error por su parte?

ºº

Mira, la maldita Excesión no ha
hecho
nada todavía. Todo este lío ha sido provocado por las reacciones de los demás ante su aparición. Nos estaría bien empleado que resultara ser una especie de proyección, un chiste de Dios. Me estoy impacientando, no me importa decírtelo. La
Destino susceptible de cambio
está allí, vigilando mientras la Excesión no hace nada, y enviando informes de cuando en cuando. Varios Involucionados están levantándose y estirando sus flacos cuellos con la idea de coger sitio para poder ver el último espectáculo que ha llegado a la ciudad, con la vaga esperanza de, en caso de que haya algo de acción, poder rapiñar algo. Y lo único que el resto de nosotros está haciendo es esperar a que lleguen los pesos pesados. ¡Ojalá
ocurriera
algo!

V

–Me gusta viajar contigo, Genar-Hofoen –bramó Cinco Mareas, y entrechocaron sus miembros; el hombre se había preparado ya echando hacia atrás una de sus piernas y el traje de gelcampo absorbió la mayor parte del impacto, de modo que no fue derribado.

Se encontraban en el área de Control de Entidades de los muelles del Nivel Ocho, sección de la Afrenta, rodeados de Afrentadores, sus drones esclavos y otras máquinas, algunos individuos de otras especies, capaces de tolerar las mismas condiciones ambientales que la Afrenta y numerosos sintrincados de Grada –flotando alrededor de ellos como oscuras bolitas espinosas–, todos yendo y viniendo, entrando y saliendo de desliza tubos, coches giratorios, ascensores y carruajes de transporte ínter-secciones.

–¿No te quedas a descansar y divertirte un poco? –preguntó Genar-Hofoen al Afrentador. Grada contaba con una reserva de caza para Afrentadores famosa por su excelencia.

–¡Ja! Tal vez cuando volvamos –dijo Cinco Mareas–. Por ahora, el deber me llama en otro sitio. –Soltó una risilla.

Genar-Hofoen tuvo la impresión de que no había cogido el chiste. Lo pensó un momento y entonces se encogió de hombros y se echó a reír.

–Bueno, ya nos veremos en God'shole, entonces.

–¡Sin duda! –dijo Cinco Mareas–. ¡Que disfrutes, humano! –El Afrentador giró sobre las puntas de sus tentáculos y se alejó flotando en dirección al crucero pesado
Besa la hoja.
Genar-Hofoen lo siguió con la mirada y, mientras las compuertas del deslizatubo se cerraban, frunció el ceño.

~ ¿Qué te preocupa?, le preguntó el traje.

El humano sacudió la cabeza.

~ Ah, nada –dijo. Se inclinó y recogió su guardatodo.

–¿Humano macho Byr Genar-Hofoen más traje de gelcampo? –dijo un sintrincado mientras se le acercaba flotando. Parecía, pensó Genar-Hofoen, la explosión de una esfera de tinta negra, congelada un instante después de haberse producido.

Hizo una pequeña reverencia.

–Exacto.

–Lo escoltaré a Control de Entidades, sección humana. Sígame, por favor.

–Cómo no.

Subieron a un coche giratorio, poco más que una plataforma con varios asientos, puntales y una red de protección. Genar-Hofoen subió de un salto, seguido por el sintrincado, y el coche aceleró con suavidad por un túnel transparente que discurría por el reverso de la piel exterior del hábitat. Avanzaban en el mismo sentido que la rotación, de modo que a medida que el coche ganaba velocidad ellos parecían perder peso. Un campo que despedía un brillo trémulo y parecía ajustarse al techo curvado del túnel rodeaba el coche. Se oía el siseo de los gases. Pasaron por debajo de la enorme mole suspendida de una de las naves de la Afrenta, toda hojas y oscuridad. Mientras Genar-Hofoen la estaba observando, se desprendió del hábitat y empezó a caer, colosal y en silencio, hacia el espacio y las estrellas. Otra nave y luego otra y otra, emprendieron la marcha tras ella. Desaparecieron.

~ ¿Cuál era la cuarta nave? –preguntó el hombre.

~ El crucero ligero de clase Cometa
Propósito furioso
–dijo el traje.

~ Hmmm. Me pregunto adónde se dirigen.

El traje no contestó.

El coche estaba llenándose de niebla. Genar-Hofoen prestó atención al siseo de los gases a su alrededor. La temperatura estaba aumentando, en respuesta al cambio de una atmósfera Afrentadora a otra humana. El coche empezó a ascender hacia los pisos superiores, donde la gravedad era menos intensa, y Genar-Hofoen, acostumbrado a la gravedad Afrentadora desde hacía dos años, tuvo la impresión de estar flotando.

~ ¿Cuánto falta para que nos encontremos con la
Follacarne?
–preguntó.

~ Tres días –le dijo el traje.

~ Por supuesto, no te dejarán entrar en el hábitat propiamente dicho, ¿verdad? –dijo el hombre, como si estuviera dándose cuenta de ello por primera vez.

~ No –dijo el traje.

~ ¿Qué vas a hacer mientras yo ando por ahí pasándomelo en grande?

~ Lo mismo. He estado investigando y ya he quedado con un dron PG de una nave de Contacto que está de visita. Así que estaré muy ocupado.

Esta vez fue Genar-Hofoen quien no dijo nada. Encontraba la idea del sexo entre drones –aunque fuera una cosa enteramente mental, sin ningún componente físico– del todo insólita. Ah, bueno, cada oveja con su pareja, pensó.

–¿El señor Genar-Hofoen? –preguntó una mujer de asombrosa, descorazonadora belleza en la zona de salida del Área de Recepción de Entidades, sección Humana. Era alta, perfectamente proporcionada, tenía el pelo rojo muy largo y tan rizado que casi resultaba extravagante y sus ojos eran de un verde luminoso que habría resultado antinatural de ser un poco más intenso. El tabardo que llevaba dejaba a la vista una tez musculosa y de un moreno lustroso–. Bienvenido a Grada. Me llamo Verlioef Schung. –Le tendió la mano y se la estrechó con firmeza.

Piel contra piel. Sin traje, al fin. Era una sensación agradable. Él vestía un traje casi formal de pantalones sueltos y camisa larga y estaba disfrutando con la exuberantemente sensual sensación del contacto de los suaves tejidos sobre la piel.

–Contacto me ha enviado a buscarlo –dijo Verlioef Schung con cierto tono de vergüenza–. Estoy seguro de que no lo necesita, pero en caso contrario estoy aquí. Yo... ah... confío en que no le importe. –Su voz... su voz era algo en lo que uno podía sumergirse.

Genar-Hofoen esbozó una gran sonrisa y se inclinó.

–¿Cómo iba a importarme? –dijo.

Ella se echó a reír, llevándose una mano a la boca... y, por supuesto, su dentadura era perfecta.

–Es usted muy amable. –Extendió el brazo–. ¿Me permite el equipaje?

–No, está bien.

La chica levantó los hombros y los dejó caer.

–Bueno –dijo–. Se ha perdido el Festival, claro, pero lo mismo nos ha pasado a muchos de nosotros, así que hemos decidido celebrar nuestra propia fiesta los próximos días y, francamente, necesitamos toda la ayuda posible. Lo único que puedo prometerle es un alojamiento de lujo, compañía estupenda y los platos más exquisitos que pueda imaginar, pero si está dispuesto a hacer el esfuerzo, le prometo que entre todos trataremos de compensarlo. –Flexionó las cejas y a continuación adoptó una expresión de falsa congoja, bajando las comisuras de su suculentamente perfecta boca.

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