Read Fragmentos de una enseñanza desconocida Online
Authors: P. D. Ouspensky
Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología
"La gente no nota todas estas contradicciones, no ve que habla siempre de cosas diferentes, que no se comprende nunca. Es muy evidente que para estudios bien encaminados, para un intercambio exacto de pensamientos, es necesario un lenguaje exacto, un lenguaje que haga posible la expresión efectiva de lo que se quiere decir, que permita incluir cada vez una indicación del punto de vista desde el cual se encara un concepto dado, a fin de que el centro de gravedad de este concepto esté bien determinado. Esta idea es perfectamente clara y cada rama de la ciencia se esfuerza en elaborar y establecer un lenguaje exacto. Pero no hay un idioma universal. La gente no deja de confundir los lenguajes de las diferentes ciencias y nunca puede establecer sus relaciones justas. Aun tomando aisladamente cada rama de la ciencia aparecen constantemente nuevas terminologías, nuevas nomenclaturas. Mientras más avanzan las cosas peor se ponen. La incomprensión mutua, en lugar de disminuir, no hace sino crecer, y hay toda razón para pensar que ésta seguirá ampliándose siempre en el mismo sentido. La gente se comprenderá cada vez menos.
"Para una comprensión exacta es imprescindible un lenguaje exacto. Y el estudio de los sistemas del conocimiento antiguo comienza por el estudio de un lenguaje que permitirá precisar de inmediato lo que está dicho, desde qué punto de vista y con relación a qué. Este lenguaje nuevo casi no contiene términos nuevos ni nomenclatura nueva, pero
su estructura se basa sobre un principio nuevo: el principio de la relatividad
. En otras palabras, introduce la relatividad en todos los conceptos y así hace posible una determinación precisa del ángulo del pensamiento ya que lo que más le falta al lenguaje ordinario son términos que expresen la relatividad.
"Cuando un hombre haya asimilado este nuevo lenguaje, entonces, con su ayuda, pueden serle transmitidos todos los conocimientos e informaciones que no pueden transmitírsele por medio del lenguaje ordinario, ni aun con todo el refuerzo posible de términos filosóficos y científicos.
"La propiedad fundamental de este nuevo lenguaje es que en él se concentran
todas
las ideas alrededor
de una sola
idea; en otras palabras, todas son enfocadas en sus relaciones mutuas desde el punto de vista de una única idea. Esta idea es la idea de
la evolución.
Naturalmente, de ninguna manera en el sentido de una evolución
mecánica,
porque ésta no existe, sino en el sentido de una evolución consciente y voluntaria, que es la única posible.
"Todo en el mundo, desde el sistema solar hasta el hombre, y desde el hombre hasta el átomo, se eleva o desciende, evoluciona o degenera, se desarrolla o decae.
Pero nada evoluciona mecánicamente
. Solamente la degeneración y la destrucción proceden mecánicamente. Lo que no puede evolucionar conscientemente, degenera. La ayuda del exterior no es posible sino en la medida en que es apreciada y aceptada, aunque al comienzo sólo lo sea por el sentimiento.
"El lenguaje que permite la comprensión se basa sobre el conocimiento de la relación del objeto examinado con su posible evolución, sobre el conocimiento de su
lugar
en la escala evolutiva.
"Con este fin un gran número de nuestras ideas habituales están
divididas
de acuerdo a las etapas de esta evolución.
"Una vez más, tomemos la idea del
hombre.
En el lenguaje del que hablo, en lugar de la palabra «hombre» se usan
siete palabras
que son: hombre Nº 1, hombre Nº 2, hombre Nº 3, hombre Nº 4, hombre Nº 5, hombre Nº 6 y hombre Nº 7. Con estas siete ideas, estaremos en condiciones de comprendernos cuando hablemos del hombre.
"El hombre Nº 7 ha llegado al más completo desarrollo que le es posible al hombre, y posee todo lo que el hombre puede poseer, sobre todo la voluntad, la conciencia, un «Yo» permanente e inmutable, la individualidad, la inmortalidad, y muchas otras propiedades que, en nuestra ceguera y nuestra ignorancia, nos atribuimos. Sólo podemos comprender hasta cierto grado al hombre Nº 7 y a sus propiedades, así como a las etapas graduales por las cuales podemos acercarnos a él, es decir, el proceso del desarrollo que nos es posible.
"El hombre Nº 6 sigue de cerca al hombre Nº 7. No difiere de él sino porque algunas de sus propiedades todavía no han llegado a ser
permanentes.
"El hombre Nº 5 es también para nosotros un tipo inaccesible de hombre, pues ha alcanzado la unidad.
"El hombre Nº 4 es un grado intermedio; hablaré de él más adelante.
"Los hombres números 1, 2 y 3 constituyen la humanidad mecánica: permanecen en el nivel en que han nacido.
El hombre Nº 1
tiene el centro de gravedad de su vida psíquica en el centro motor. Es el hombre del cuerpo físico en el cual las funciones del instinto y del movimiento siempre predominan sobre las funciones del sentimiento y del pensar.
"El hombre Nº 2 está en el mismo nivel de desarrollo, pero el centro de gravedad de su vida psíquica está en el centro emocional; es entonces aquel hombre en quien las funciones emocionales predominan sobre todas las otras, es el hombre del sentimiento, el hombre emocional.
"El hombre Nº 3 también está en el mismo nivel de desarrollo, pero el centro de gravedad de su vida psíquica se encuentra en el centro intelectual, en otras palabras es un hombre en quien las funciones intelectuales predominan sobre las funciones emocionales, instintivas y motrices; es el hombre racional, que tiene una teoría para todo lo que hace, que parte siempre de consideraciones mentales.
"Cada hombre nace como hombre Nº 1, Nº 2 o Nº 3.
"El hombre Nº 4 no nace como tal. Nace como 1, 2 ó 3, y no llega a ser 4 sino como consecuencia de esfuerzos de carácter muy definido. El hombre Nº 4 es siempre
producto de un trabajo de escuela
. No puede nacer como tal, ni desarrollarse accidentalmente; las influencias ordinarias de la educación, de la cultura, etc., no pueden producir un hombre Nº 4. Su nivel es superior al del hombre Nº 1, 2 ó 3;
tiene un centro de gravedad permanente
que está hecho de sus ideas, de su apreciación del trabajo y de su relación a la escuela. Además, sus centros psíquicos ya han comenzado a equilibrarse; en él, un centro ya no puede tener preponderancia sobre los otros, como es el caso de los hombres de las tres primeras categorías. El hombre Nº 4 ya comienza a conocerse, comienza a saber hacia dónde va.
"El hombre Nº 5 ya es el producto de una cristalización; ya no puede cambiar continuamente como el hombre Nº 1, 2 y 3. Pero se debe tener en cuenta que el hombre Nº 5 puede ser tanto el resultado de un trabajo justo como el resultado de un trabajo equivocado. Puede haber llegado a ser Nº 5 después de haber sido Nº 4, y puede haber llegado a ser Nº 5
sin haber sido
Nº 4. En este caso, no podrá seguir desarrollándose, no podrá llegar a ser Nº 6 y Nº 7. Para llegar a ser Nº 6, primero tendrá que volver a fundir completamente su esencia ya cristalizada, tendrá que perder intencionalmente su ser de hombre Nº 5. Pero esto no puede llevarse a cabo sino a través de sufrimientos terribles. Felizmente, tales casos de desarrollo equivocado son muy poco frecuentes.
"La división del hombre en siete categorías permite darse cuenta de miles de particularidades que no pueden ser comprendidas de otra manera. Esta división es una primera aplicación al hombre del concepto de la
relatividad.
Cosas aparentemente idénticas pueden ser completamente diferentes, según la categoría de hombres de donde realmente surgen, o en función de la cual se las encara.
"Según este concepto, todas las manifestaciones interiores y exteriores del hombre, todo lo que le es propio, todas sus creaciones, están igualmente divididas en siete categorías.
"Por lo tanto, ahora podemos decir que hay un saber Nº 1, basado en la imitación, los instintos, o aprendido de memoria, machacado, ejercitado repetidas veces. El hombre Nº 1, si es un hombre Nº 1 en todo el sentido de la palabra, adquiere todo su saber como un mono o como un loro.
"El saber del hombre Nº 2 es simplemente el saber de lo que a él le gusta. El hombre Nº 2 no quiere saber nada de lo que no le gusta. Siempre y en todo, quiere algo que le agrade. O bien, si es un enfermo, por el contrario es atraído por todo lo que le desagrada, está fascinado por sus propias repugnancias, por todo lo que provoca en él horror, espanto y náusea.
"El saber del hombre Nº 3 es un saber basado en un pensar subjetivamente lógico, en palabras, en una comprensión literal. Es el saber del ratón de biblioteca, de los escolásticos. Por ejemplo, son hombres Nº 3 los que han contado cuántas veces se repite cada letra del alfabeto árabe en el Corán y han basado en esto todo un sistema de interpretación.
"El saber del hombre Nº 4 es de una especie totalmente diferente. Es un saber que viene del hombre Nº 5, quien lo ha recibido del hombre Nº 6, el cual a su vez lo ha recibido del hombre Nº 7. Sin embargo, es innecesario decir que el hombre Nº 4 asimila sólo el conocimiento de lo que corresponde a sus poderes. Pero en comparación con el saber del hombre Nº 1, 2 y 3, el saber del hombre Nº 4 ha comenzado a liberarse de los elementos subjetivos. El hombre Nº 4 está en camino hacia el saber objetivo.
"El saber del hombre Nº 5 es un saber total e indivisible. El hombre Nº 5 posee ahora un Yo indivisible, y todo su conocimiento pertenece a este Yo. Ya no puede tener un «yo» que sepa algo, sin que otro «yo» no esté informado. Lo que sabe lo sabe con la totalidad de su ser. Su saber está más cercano al saber objetivo que el del hombre Nº 4.
"El saber del hombre Nº 6 representa la totalidad del saber accesible al hombre; pero aún puede ser perdido.
"El saber del hombre Nº 7 es completamente suyo y ya no se le puede quitar; es el saber
objetivo
y enteramente
práctico
de
Todo.
"Con el ser pasa exactamente lo mismo. Hay el ser del hombre Nº 1, es decir, de aquel que vive a través de sus instintos y de sus sensaciones; hay el ser del hombre Nº 2, que vive de sus sentimientos, de sus emociones; y el ser del hombre Nº 3, el hombre racional, el teórico, y así sucesivamente. Es así que se comprende por qué el saber nunca puede estar muy alejado del ser. Debido a su ser los hombres Nº 1, 2 y 3 no pueden poseer el saber de los hombres 4, 5 y niveles superiores. Cualquier cosa que se les dé lo interpretan a su modo, no sabrían hacerlo de otra manera sino rebajándolo a su propio nivel inferior.
"Se puede aplicar el mismo tipo de división en siete categorías a todo lo que se refiere al hombre. Hay un arte Nº 1, que es el arte del hombre Nº 1, un arte de imitación, de simulacro o bien groseramente primitivo y sensual, como la música y las danzas de los pueblos salvajes. Hay un arte Nº 2, un arte de sentimiento; un arte Nº 3, que es intelectual, inventado; y debe haber un arte Nº 4, 5, etc...
"Exactamente de la misma manera, hay una religión del hombre Nº 1, es decir, una religión hecha de ritos, de formas exteriores, de sacrificios y de ceremonias brillantes, que a veces pueden ser de un esplendor imponente o por el contrario de un carácter lúgubre, salvaje, cruel, etc... Y hay una religión del hombre Nº 2: la religión de la fe, del amor, del fervor, de la adoración y del entusiasmo, que no tarda en transformarse en una religión de persecución, de opresión y de exterminio de los «herejes» o de los «paganos». Hay una religión del hombre Nº 3, intelectual y teórica, una religión de pruebas y argumentos, basada en razonamientos, interpretaciones y deducciones lógicas. En realidad las religiones Nº 1, 2 y 3 son las únicas que conocemos; todas las formas religiosas conocidas por nosotros pertenecen a una u otra de estas tres categorías. En cuanto a la religión de los hombres Nº 4, 5, 6 y 7, no la conocemos y no podemos conocerla mientras sigamos siendo lo que somos.
"Si en lugar de tomar la religión en general consideramos al Cristianismo, veremos que igualmente un Cristianismo Nº 1 es por así decirlo un paganismo bajo un nombre cristiano. El Cristianismo Nº 2 es una religión del sentimiento, algunas veces muy pura pero desprovista de fuerza, y otras veces sanguinaria y atroz, como la que condujo a la Inquisición y a las guerras religiosas. El Cristianismo Nº 3, ejemplos del cual nos ofrecen las diferentes formas de protestantismo, se basa en teorías, argumentos, en toda una dialéctica, etc... Luego hay un Cristianismo Nº 4, del cual los hombres Nº 1, 2 y 3 no tienen la menor idea.
"De hecho, el Cristianismo Nº 1, 2 y 3 no es sino una imitación exterior. Sólo el hombre Nº 4 se esfuerza por llegar a ser un Cristiano, y sólo el hombre Nº 5 puede ser realmente un Cristiano. Porque para ser un Cristiano, hay que tener el ser de un Cristiano, es decir vivir conforme a los preceptos de Cristo.
"Los hombres Nº 1, 2 y 3 no pueden vivir conforme a los preceptos de Cristo, porque para ellos todo «sucede». Hoy es una cosa, mañana es otra. Hoy están prontos a darle a un hombre su última camisa, y mañana a despedazarlo porque ha rehusado hacer lo mismo con ellos. Son arrastrados al azar del acontecer, van a la deriva. No son sus propios amos, y por consiguiente, aun si deciden ser Cristianos, no pueden serlo de verdad.
"La ciencia, la filosofía y todas las manifestaciones de la vida y de la actividad humana se pueden dividir exactamente de la misma manera en siete categorías, pero el lenguaje ordinario de los hombres está muy lejos de tener en cuenta estas divisiones y debido a esto es tan difícil para ellos el comprenderse.
"Al analizar los diferentes sentidos subjetivos de la palabra «hombre», hemos visto cuan variados y contradictorios y sobre todo cuán velados e indiscernibles, aun para quien habla, son los sentidos y matices de sentidos —creados por asociaciones habituales— que pueden introducirse en una palabra.
"Tomemos otra palabra, «mundo», por ejemplo. Cada cual la comprende a su manera. Cada cual, al decir u oír la palabra «mundo», tiene sus asociaciones particulares, totalmente incomprensibles para otro. Cada «concepción del mundo», cada forma de pensar habitual, trae consigo sus propias asociaciones, sus propias ideas.
"Para un hombre cuya concepción del mundo sea religiosa, por ejemplo un cristiano, la palabra «mundo» llama de inmediato a toda una serie de ideas religiosas, y necesariamente se asocia a la idea de Dios, a la idea de la creación del mundo o del fin del mundo, de este mundo pecador y así sucesivamente.