Fragmentos de una enseñanza desconocida (18 page)

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Authors: P. D. Ouspensky

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

"El proceso de calentamiento y de crecimiento de la luna está en intima conexión con la vida y la muerte sobre la tierra. En el instante de la muerte, todos los seres vivientes liberan cierta cantidad de la energía que los ha animado; esta energía —o el conjunto de las «almas» de todos los seres vivientes: plantas, animales, hombres— es atraída hacia la luna como por un colosal electroimán, y le aporta el calor y la vida de la cual depende su crecimiento, es decir, el crecimiento del rayo de creación. En la economía del universo, jamás se pierde nada y cuando una energía ha terminado su trabajo sobre un plano, pasa a otro plano.

"Las almas que van a la luna, poseyendo quizás una cierta cantidad de conciencia y de memoria, se encuentran sometidas allá a 96 leyes, en condiciones de vida mineral, o en otros términos en tales condiciones que ya no hay salvación posible para ellas fuera de una evolución general en ciclos de tiempo inconmensurablemente largos. La luna está «en la extremidad», en el fin del mundo; «las tinieblas de afuera, el lloro y el crujir de dientes» de la doctrina cristiana.

"La influencia de la luna sobre todos los seres vivientes se manifiesta en todo lo que sucede sobre la tierra. La luna es la fuerza dominante, o más exactamente la fuerza motriz más cercana, más inmediata, de todo lo que se produce en la vida orgánica sobre la tierra. Todos los movimientos, todas las acciones y manifestaciones de los hombres, de los animales y de las plantas dependen de la luna y están gobernados por ella. La fina película sensible de vida orgánica, que recubre el globo terrestre, depende enteramente de la influencia de este formidable electroimán que succiona su vitalidad. El hombre, como cualquier otro ser viviente, no puede liberarse de la luna en las condiciones ordinarias de la vida. Por consiguiente, todas sus acciones y todos sus movimientos están gobernados por la luna. Si mata a otro hombre, es la luna la que lo hace; si se sacrifica por los otros, es también la luna. Todos los malos actos, todos los crímenes, todos los sacrificios, todas las hazañas heroicas, así como los más pequeños hechos y gestos de la vida ordinaria todo esto está gobernado por la luna.

"La liberación, que viene con el crecimiento de poderes y de facultades mentales, es una
liberación del yugo de la luna
. La parte mecánica de nuestra vida depende de la luna, está sujeta a la luna. Pero si desarrollamos en nosotros mismos la conciencia y la voluntad, y sometemos a ellas toda nuestra vida mecánica, todas nuestras manifestaciones mecánicas, escaparemos del poder de la luna.

"Otra idea que tenemos que asimilar, es la idea de la materialidad del universo considerado bajo la perspectiva del «rayo de creación». En este universo, todo puede ser pesado y medido. El Absoluto mismo es tan material, tan ponderable y mensurable como la luna o el hombre. Si el Absoluto es Dios, esto significa que Dios puede ser pesado y medido, resuelto en sus elementos constitutivos, «calculado» y expresado en una fórmula.

"Pero el concepto de «materialidad» es tan relativo como cualquier otro. Si recordamos cómo está dividido el concepto «hombre» y todo lo que se le relaciona: bien, mal, verdad, mentira, etc., en diferentes categorías (hombre Nº 1, hombre Nº 2, etc.), será fácil para nosotros comprender que el concepto «mundo» y todo lo que se le relaciona, está dividido también en diferentes categorías. El rayo de creación establece siete planos en el mundo, siete mundos, uno dentro de otro. Todo lo que se relaciona al mundo está dividido también en siete categorías, una dentro de otra. La materialidad del Absoluto es de un orden diferente a la materialidad de «Todos los Mundos». La materialidad de «Todos los Mundos», es de un orden diferente a la de «Todos los Soles». La materialidad de «Todos los Soles» es de un orden diferente a la de nuestro Sol. La materialidad de nuestro Sol es de un orden diferente a la de «Todos los Planetas». La materialidad de «Todos los Planetas» es de un orden diferente a la de la Tierra, y la materialidad de la Tierra es de un orden diferente a la de la Luna. A primera vista es difícil captar esta idea. La gente está acostumbrada a pensar que la
materia
es en todas partes la misma. La física, la astrofísica, la química, métodos tales como el análisis espectral, etc., están todos basados en esta aserción. Y es verdad que la materia es siempre la misma, pero la
materialidad
es diferente. Y los diferentes grados de materialidad dependen directamente de las calidades y de las propiedades de la energía manifestada en un punto dado.

"La materia, o la substancia, necesariamente presupone la existencia de la fuerza o de la energía. Esto de ninguna forma significa que habría que adoptar un concepto dualista del universo. Los conceptos de materia y de fuerza son tan relativos como cualquier otra cosa. En el Absoluto, donde todo es uno, la materia y la fuerza también son uno. Pero en este caso, la materia y la fuerza no se toman como principios reales del mundo en sí, sino como propiedades o características del mundo fenoménico que observamos. Para emprender el estudio del universo, basta tener una idea elemental de la materia y de la energía, tal como nos la muestran las observaciones inmediatas por medio de los órganos de los sentidos. Lo que es «permanente» se considera como material, como materia, y los «cambios» que intervienen en el estado de lo que es permanente, o de la materia, se llaman manifestaciones de fuerza o de energía. Todos estos cambios se pueden considerar como resultado de vibraciones o de movimientos ondulatorios que parten del centro, es decir, del Absoluto, y van en todas direcciones, entrecruzándose, chocando, fusionándose unos con otros, hasta el fin del rayo de creación, donde todos se detienen.

"Desde este punto de vista, el mundo está hecho de movimientos ondulatorios o vibraciones y de materia, o de materia en un estado de vibración, de materia vibratoria. La velocidad de las vibraciones está en razón inversa a la densidad de la materia.

"En el Absoluto las vibraciones son más rápidas y la materia menos densa. En el mundo inmediatamente consecutivo, las vibraciones son más lentas y la materia más densa; de allí en adelante, la materia es aún más densa, y las vibraciones más lentas.

"Se puede considerar a la «materia» como constituida por «átomos», considerándose como «átomos» el resultado de la división final de la materia. En todo orden de materia, se les puede considerar simplemente como
partículas
infinitesimales de la materia dada, que son indivisibles sólo sobre el plano dado. Sólo los átomos del Absoluto son realmente indivisibles. El átomo del plano siguiente, es decir del mundo 3, está hecho de 3 átomos del Absoluto; en otras palabras, es tres veces más grande y tres veces más pesado y sus movimientos son de una lentitud correspondiente. El átomo del mundo 6 está hecho de 6 átomos del Absoluto fusionados conjuntamente de alguna manera, formando un solo átomo». Sus movimientos también son de una lentitud correspondiente. El átomo del mundo siguiente está hecho de 12 partículas primordiales, y los de los mundos siguientes, de 24, de 48, y de 96. El átomo del mundo 96 es de un tamaño enorme en comparación con el átomo del mundo 1; sus movimientos también son de una lentitud correspondiente, y la materia constituida por tales átomos es más densa.

Fig. 4

"Los siete mundos del rayo de creación representan siete órdenes de materialidad. La materialidad de la luna es diferente a la de la tierra; la materialidad de la tierra es diferente a la del mundo planetario; la materialidad del mundo planetario es diferente a la del sol, etc.

"Así, en lugar de un solo concepto de materia tenemos siete clases de materia, pero nuestra concepción ordinaria de la materialidad sólo abarca la materialidad de los mundos 96 y 48, y aun con dificultad.

"La materia del mundo 24 es demasiado enrarecida para ser considerada como materia desde el punto de vista científico de nuestra física y de nuestra química; tal materia es prácticamente hipotética. La materia aún más fina del mundo 12 ya no posee ningún carácter de materialidad para la investigación ordinaria. Todas estas materias, pertenecientes a órdenes variados del universo, no están dispuestas en capas separadas, sino que se entremezclan, o más bien, se interpenetran entre si. Podemos representarnos la idea de tal interpenetración de materias de diferentes densidades partiendo de la experiencia que podemos tener de la penetración de una materia conocida por nosotros en otra igualmente conocida. Un pedazo de madera puede estar saturado de agua; el agua a su vez puede contener gas. Se puede observar exactamente la misma relación entre diferentes clases de materias en el universo entero; las materias más finas penetran las materias más groseras.

"La materia que posee las características de la materialidad que nos es comprensible, se divide para nosotros en diferentes estados según su densidad: sólido, líquido, gaseoso, y además lleva gradaciones tales como: energía radiante, o electricidad, luz, magnetismo; y así sucesivamente. Sobre cada plano, es decir, en cada orden de materialidad, pueden encontrarse relaciones y divisiones análogas entre los diferentes estados de una materia dada; pero, como ya lo he dicho, la materia de un plano superior de ninguna manera es material para los planos inferiores.

"Toda la materia del mundo que nos rodea, los alimentos que comemos, el agua que bebemos, el aire que respiramos, las piedras con las que construimos nuestras casas, nuestros propios cuerpos —cada cosa es atravesada por todas las materias que existen en el universo. No hay necesidad de estudiar científicamente al sol para descubrir la materia del mundo solar: esta materia existe en nosotros mismos, es el resultado de la división de nuestros átomos. De la misma manera, tenemos en nosotros la materia de todos los otros mundos. El hombre es, en el pleno sentido de este término, un «universo en miniatura». Todas las materias que constituyen el universo, están en él. Las mismas fuerzas, las mismas leyes que gobiernan la vida del universo, actúan en él. Por eso, al estudiar al hombre podemos estudiar el universo entero, exactamente de la misma manera que al estudiar el mundo, podemos estudiar al hombre.

"Pero un paralelo completo entre el hombre y el mundo sólo puede hacerse al tomar un hombre en toda la acepción de la palabra, es decir, al hombre total, cuyos poderes interiores han sido completamente desarrollados, Un hombre no desarrollado, un hombre que no ha llegado todavía al término de su evolución, no puede ser considerado como una imagen integral o perfecta del universo —es un mundo incompleto.

"Repitámoslo, el estudio de sí mismo debe ir a la par con el estudio de las leyes fundamentales del universo. Las leyes son las mismas en todas partes y sobre todos los planos. Pero leyes idénticas que se manifiestan en los diferentes mundos, es decir en condiciones diferentes, producen fenómenos diferentes. El estudio de la relación entre las leyes y los planos sobre los cuales se manifiestan estas leyes, nos lleva al estudio de la
relatividad
.

"La idea de la relatividad tiene un lugar muy importante en esta enseñanza, y más tarde regresaremos a ella. Pero ante todo, es necesario comprender la relatividad de cada cosa y de cada manifestación,
según su lugar
en el orden cósmico.

"Estamos sobre la tierra, y dependemos enteramente de las leyes que operan a su nivel. La tierra ocupa un muy mal sitio desde un punto de vista cósmico —es comparable a las regiones más remotas de la Siberia glacial, está alejada de todo, es fría, la vida en ella es muy dura. Todo lo que en otros lugares viene espontáneamente, o es obtenido sin esfuerzo, sobre la tierra sólo puede obtenerse por medio de una labor dura. Todo debe ser conquistado, tanto en la vida diaria como en el trabajo sobre sí mismo. Sucede a veces en la vida el que un hombre obtenga una herencia, y luego viva sin hacer nada. Pero en el trabajo esto nunca sucede. Aquí todos son iguales, y todos igualmente mendigos.

"Volvamos a la Ley de Tres. Es necesario aprender a reconocer sus manifestaciones en todo lo que hacemos, y en todo lo que estudiamos. En cualquier dominio, la aplicación de esta ley nos revelará de inmediato cosas nuevas, que antes nunca habíamos sospechado. Tomen la química, por ejemplo. La ciencia ordinaria no sabe nada de la Ley de Tres y estudia la materia sin tomar en consideración sus propiedades cósmicas. Pero, al lado de la química ordinaria, hay otra, una química especial o una alquimia, si así lo quieren, que estudia la materia

tomando en consideración sus propiedades cósmicas. Como se ha dicho anteriormente, las propiedades cósmicas de cada substancia están determinadas primeramente
por su lugar,
luego por la fuerza que actúa a través de ella en el momento dado. Pero independientemente de su lugar, una substancia dada experimenta grandes cambios en su naturaleza misma, según la fuerza que se manifiesta a través de ella. Cada substancia puede ser conductora de una u otra de las tres fuerzas, y en consecuencia puede ser
activa, pasiva o neutralizante.
Y puede no ser ni activa, ni pasiva, ni neutralizante, si no hay fuerza que se manifieste a través de ella en el momento dado, o bien si se le enfoca independientemente de su relación con la manifestación de las fuerzas. De esta manera cada substancia aparece, por así decirlo, bajo cuatro aspectos o estados diferentes. Respecto a esto se debe notar que, cuando hablamos de materia, no hablamos de los elementos químicos. La química especial de la que hablo considera a cada substancia como un elemento que tiene una función separada, aunque sea la más compleja. Solamente así se pueden estudiar las propiedades cósmicas de la materia, porque todos los compuestos complejos tienen su propio significado, o su propio fin cósmico. Desde este punto de vista, un átomo de una substancia dada es la cantidad más pequeña de esta substancia que retiene todas sus propiedades químicas, físicas y cósmicas. Por consiguiente, el tamaño del «átomo» de diferentes substancias no es igual. Y, en ciertos casos, un «átomo» puede aun ser una partícula visible a simple vista.

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