Fragmentos de una enseñanza desconocida (60 page)

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Authors: P. D. Ouspensky

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

"El símbolo que toma la forma de un círculo dividido en nueve partes por puntos que están ligados entre sí por nueve líneas, en un cierto orden, expresa la ley de siete en su unión con la ley de tres.

"La octava contiene siete tonos, y el octavo tono es una repetición del primero. Con los dos «choques adicionales» que colman los «intervalos»
mi-fa
y
si-do,
hay pues nueve elementos.

"Considerado en su estructura integral, mas compleja que aquella mostrada anteriormente, este símbolo es una expresión perfecta de la ley de octava. Sin embargo, lo que hemos dado es suficiente para hacer ver las leyes internas de
una octava
y para indicar un método para el conocimiento de la naturaleza esencial de una cosa examinada en sí misma.

"Tomada por separado, la existencia de una cosa o de un fenómeno que se examina, es el círculo cerrado de un proceso de eterno retorno desarrollándose sin interrupción. El círculo mismo es el símbolo de este proceso. Los puntos que dividen la circunferencia simbolizan las etapas de este proceso. El símbolo en su totalidad es
do,
puesto que este
do
tiene una existencia regular y realizada. Es un círculo, un ciclo logrado. Es el
cero
de nuestro sistema decimal; por su misma forma, representa un ciclo cerrado. Contiene en sí mismo todo lo que es necesario para su propia existencia. Está aislado de todo lo que le rodea. La sucesión de las fases del proceso debe estar relacionada con la sucesión de los números restantes, de 1 a 9. La presencia del noveno grado que llena el «intervalo»
si-do
completa el ciclo, es decir que cierra el círculo, que parte nuevamente de este mismo punto. La cima del triángulo cierra la dualidad de su base, haciendo posibles las formas variadas de su manifestación en los triángulos más diversos. Esta misma cima se multiplica a sí misma indefinidamente sobre la línea de base del triángulo. En consecuencia, cada comienzo y cada realización del ciclo tiene lugar en la cima del triángulo, en el punto donde se funden principio y fin, donde el círculo se cierra y que resuena en el flujo cíclico sin fin como los dos
do
de la octava. Pero es el noveno punto el que cierra y vuelve a comenzar el ciclo. Es entonces en el punto superior del triángulo, correspondiente al
do,
donde se encuentra el número 9; y los números del 1 al 8 se reparten entre los otros puntos.

"Pasemos al examen de la figura compleja que está inscrita en el interior del círculo, para estudiar las leyes de su construcción. Las leyes de la unidad se reflejan en todos los fenómenos.

El sistema decimal ha sido construido sobre las mismas leyes. Si tomamos una unidad como una nota que contiene en sí misma una octava entera, debemos dividir esta unidad en siete partes desiguales correspondientes a las siete notas de esta octava. Pero en la representación gráfica, la desigualdad de las partes no es tomada en consideración, y para la construcción del diagrama, se toma primero una séptima, después dos séptimas, después tres, cuatro, cinco, seis y siete séptimas. Si calculamos las partes en decimales, obtenemos:

1/7 0,1 4 2 8 5 7...

2/7 0,2 8 5 7 1 4...

3/7 0,4 2 8 5 7 1...

4/7 0,5 7 1 4 2 8...

5/7 0,7 1 4 2 8 5...

6/7 0,8 5 7 1 4 2...

7/7 0,9 9 9 9 9 9...

"Si examinamos la serie de decimales periódicos así obtenidos, veremos inmediatamente que en todos, excepto el último, se repiten las mismas seis cifras, que cambian sus sitios según una secuencia definida; de modo que, cuando se conoce la primera cifra del período, es posible reconstruir el período entero.

Si colocamos ahora sobre la circunferencia los nueve números "el 1 al 9 y conectamos sus puntos correspondientes por líneas rectas según el mismo orden de los números del período que está determinado por el número del cual partió, obtendremos la figura que se encuentra en el interior del circulo. Los números 3, 6 y 9, no están incluidos en el período. Ellos forman el triángulo separado —la trinidad libre del símbolo.

"Si hacemos ahora la «adición teosófica», y tomamos la suma de los números del período, obtenemos
nueve,
es decir una octava entera. De nuevo, en cada nota distinta, se encontrará comprendida una octava entera sujeta a las mismas leyes que la primera. Las posiciones de las notas corresponderán a los números del período y el dibujo de una octava aparecerá así:

"El triángulo 9-3-6, que une en un todo los tres puntos de la circunferencia no incluidos en el período, conecta la ley de siete con la ley de tres. Los números 3-6-9, no están incluidos en el período; dos de ellos, 3 y 6, corresponden a los dos «intervalos» de la octava; el tercero puede parecer superfluo, pero reemplaza la nota fundamental, que no entra en el período. Además, cada fenómeno capaz de entrar en contacto con un fenómeno similar por una acción recíproca, resuena como la nota
do
en una octava correspondiente. Por consiguiente,
do
puede emerger de su círculo y entrar en correlación regular con otro círculo; es decir desempeñar en otro ciclo el papel que, en el ciclo que estamos considerando desempeñan los «choques» que llenan los «intervalos» de la octava. Al tener esta posibilidad, aquí también
do
está conectado por el triángulo 3-6-9 a estos sitios donde intervienen los choques de origen exterior, y donde la octava puede ser penetrada para entrar en relación con lo de afuera. La ley de tres sobresale de alguna manera, sobre la ley de siete, el triángulo penetra a través del período, y estas dos figuras combinadas dan la estructura interna de la octava y de sus notas.

"En este punto de nuestro razonamiento, sería perfectamente justo plantear la siguiente pregunta: ¿por qué aquél de los «intervalos» designado por el número 3 encuentra su verdadero sitio entre las notas
mi
y
fa,
mientras que el otro, designado por el número 6, se encuentra entre
sol
y
la,
cuando su verdadero sitio está entre
si
y
do?

"Si las condiciones hubieran sido observadas en cuanto a la posición del segundo intervalo (6) en su propio sitio, habríamos tenido el círculo siguiente:

"Y los nueve elementos del círculo cerrado habrían estado agrupados simétricamente de la manera siguiente:

"La repartición que obtenemos:

puede dar solamente el agrupamiento siguiente:

es decir, en un caso, x entre
mi
y
fa,
y en el otro, entre
sol
y
la
—donde no es necesario.

"El hecho de colocar el intervalo aparentemente en un
sitio equivocado
muestra, a aquellos que son capaces de leer el símbolo, que clase de «choque» es requerido para el pasaje de
si
a
do.

"Para comprenderlo, es esencial recordar lo que se ha dicho sobre el papel de los «choques» en los procesos que se efectúan en el hombre y en el universo.

"Después de nuestro examen de la aplicación de la ley de la octava al cosmos, representábamos la etapa «Sol-Tierra» de esta manera:

"Con relación a las tres octavas de radiaciones, se ha indicado que en la segunda octava, la transición de
do
a
si
—el intervalo— está colmado en el organismo mismo del sol, y está colmado por la influencia de la masa del sol sobre las radiaciones que la atraviesan. En la octava cósmica, se ha indicado que este intervalo
do-si
está colmado por la voluntad del Absoluto. El intervalo
fa-mi
en la octava cósmica se llena mecánicamente, con la ayuda de una máquina especial que permite a
fa
adquirir, por una serie de procesos interiores, las características de
sol
situado justo encima de él, sin cambiar su nota; dicho de otra manera, esta máquina especial permite que
fa
acumule, en alguna forma, la energía interior requerida para pasar independientemente a la nota siguiente, a
mi.

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