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Authors: Jules Watson

Tags: #Histórica, #Sentimental

La yegua blanca (82 page)

Junto a esto, reafirmo mi fe en ti como incondicional partidario de mi padre Vespasiano y nuestra familia en el pasado, y como comandante militar que ha conquistado nuevos territorios para el Imperio.

A vuelta de correspondencia, haz saber tus posiciones y planes de campaña para la próxima estación. En todo, tienes mi apoyo y fe en tus habilidades, como siempre.

¡Saludos!

Domiciano

Emperador de Roma

— FIN —

Nota histórica

Cualquier novela histórica es una mezcla de realidad y ficción. He seguido aquellos hechos conocidos y ampliamente aceptados, pero hay también mucho de lo que no estamos seguros o constituye materia de grandes debates entre los expertos, hecho que, como escritora de ficción, es una suerte para mí porque la ficción cobra fuerza en tales casos. No me voy a disculpar por ello, ya que lo primero y más importante para mí era contar una buena historia de ficción, y ubicarla en un escenario histórico.

Aunque he sido tan cuidadosa como he podido en mis investigaciones, pueden aparecer errores y omisiones, y son culpa mía por completo.

No dispongo de espacio suficiente como para incluir todos los hechos detallados, pero trataré de explicar los puntos más importantes, y por qué decidí manejar ciertos hechos como lo hice. Asimismo, merece la pena visitar Kilmartin en Argyll, y luego se puede ir a Dunadd y Crìanan (a menudo llamada Crinan), el castillo de los Riscos (Castle Dounie) y la línea de «túmulos ancestrales» y piedras en el valle de Kilmartin. Kilmartin dispone también del mejor pequeño museo que haya jamás visitado en el Reino Unido, el Kilmartin House Museum, que alberga muestras sumamente explicativas… ¡y tiene un café excelente!

• Las campañas romanas

Toda la información básica sobre los movimientos del ejército romano, sus fortalezas y fronteras, se ha tomado de la biografía que Tácito escribiría más tarde sobre su suegro Agrícola. De hecho, algunos expertos creen que Tácito pasó cierto tiempo en el norte de Britania durante su juventud. Resulta interesante recalcar que, aunque yo había escrito la trama antes de saberlo, Tácito menciona que Agrícola recibió a un príncipe irlandés exiliado y que sopesó la posibilidad de invadir Irlanda, con ese príncipe al mando.

• Dalriada

También conocida como Dál Riata. Los tardíos anales irlandeses y escoceses hablan de un pueblo que llegó desde Ulster, en Irlanda del Norte, para colonizar Argyll, en Escocia occidental, en algún momento del siglo VI d. C. Esta colonia de gaélicos, como fueron llamados, estableció la residencia de sus reyes en el fuerte de Dunadd, cerca de Crìanan, en Argyll, llevando el lenguaje gaélico a Escocia. Sin embargo, muchos eruditos convienen en que, dada la proximidad de las costas, los irlandeses del Norte estaban con seguridad en estrecho contacto con el Oeste de Escocia, siglos antes de la colonización aceptada. Así que el primer contacto entre Argyll y Dalriada pudo haberse hecho con facilidad en una fecha tan temprana como el siglo I, aunque no propongo un movimiento mayor de gente en ese tiempo.

• Dunadd

Se considera ahora que Dunadd era la capital más importante de los reyes de la Dál Riata escocesa, desde aproximadamente el siglo V hasta el X d. C. y se convirtió en un centro de comercio y artesanía de calidad. Sin embargo, las excavaciones han demostrado que había gente viviendo, o al menos visitando tal lugar, desde hacía cientos de años antes, incluyendo el tiempo de las invasiones romanas de Escocia. Resulta improbable que los primeros pueblos célticos de la zona no utilizaran el prominente risco volcánico cercano al mar. Las excavaciones se han centrado en los muros de piedra construidos hacia la mitad del primer milenio y es muy posible que los restos de edificaciones de madera se hayan perdido o las posteriores construcciones levantadas en el lugar las destruyeran. Hasta donde sé, no se han practicado excavaciones en la llanura que rodea el risco.

• Tribus

El geógrafo griego Ptolomeo, que escribió en el siglo II d. C. nos ha legado un mapa en el que se muestran los nombres y los emplazamientos de las tribus más importantes. Es posible que parte de esta información se recogiese durante las campañas de Agrícola. He incluido los nombres tribales y las posiciones tal y como se muestran en ese mapa, aunque no sé cuan fiable pueda resultar. Algunos creen también que los nombres tribales se referían a los animales, y pueden indicar afinidades totémicas. Así, los epídeos podrían guardar cierta relación con los caballos, los cerenios con las ovejas y los lugos con los cuervos.

• Una nota sobre los caledonios

En el mapa de Ptolomeo esta tribu aparece con el nombre de calefones. Sin embargo, en el siglo IV, durante el que se desarrolla el último libro de esta trilogía, el nombre parece haberse convertido en «caledonii» para los escritores romanos, y ése es el que he usado para simplificar.

• Pictos y gaélicos

Los autores romanos, hasta el siglo IV, no emplean el término «picto» para designar a las gentes de Escocia y debe proceder de un vocablo romano que significa «gentes pintadas». Sin embargo, aunque mis personajes se convertirían en los pictos, obviamente, no sabemos cómo se designaban a sí mismos. De ahí que haya elegido el antiguo nombre de Escocia, Alba, y los haya llamado albanos. En lo tocante a los gaélicos, hay muchas pruebas de que los primeros habitantes de Escocia llamaban así a los irlandeses. Argyll, donde los de Dalriada tuvieron más tarde el centro de su poder, significa «costa de los gaélicos».

• Lenguaje

Existe cierta evidencia de que los pictos (descendientes de la gente de Escocia) y los escotos de Argyll (descendientes de los irlandeses de Dalriada) hablaban en el siglo VI formas del céltico mutuamente ininteligibles. Sin embargo, los idiomas pueden cambiar con rapidez, e ignoramos la distancia existente entre ambos en el siglo I, aunque son muchos quienes consideran harto probable que fuesen mucho más cercanos. Los he situado hablando el mismo idioma en esencia por razones de simplicidad.

• Nombres personales

No he seguido un patrón onomástico porque desconocemos qué idioma hablaban los pictos/albanos. En esa época, ¿se parecía más al galés o al irlandés? Por eso, muchos de mis nombres son irlandeses, otros pictos y algunos inventados. Los únicos registros que tenemos de nombres pictos son las listas de los reyes. Hasta donde ha sido posible, he sacado nombres de esa lista para los protagonistas principales, incluyendo Brude, Maelchon, Gelert, Drust y Nectan. La única excepción es Calgaco, que es céltico, y significa algo así como «el gran espadachín». Tácito lo menciona como el personaje que lideró la resistencia de las tribus contra Agrícola.

No tenemos registros de nombres pictos femeninos, así que, en la novela, la mayoría son irlandeses, como Caitlin, Eithne, Mairenn, Dercca y Fainne. Rhiann, aunque basado en el galés, no es un nombre tradicional. Todos los nombres de los hombres de Eremon son irlandeses, aunque como canta Aedan en el banquete de bodas, Eremon no es un nombre tradicional sino, de hecho, el de un héroe mitológico, el primer rey gaélico de Irlanda.

• Dioses

En un ámbito similar, ya que no sabemos a qué dioses invocaban los albanos, he usado una mezcla de deidades galesas, tanto masculinas (Arawn) como femeninas (Rhiannon, Ceridwen), diosas britanas (Andraste y Sulis) y dioses irlandeses (los Dagda, Lug, Manannán). Estos dos últimos aparecen en todo el orbe céltico, desde Irlanda a la Galia. Manannán aparece en la mitología galesa, a menudo como esposo de Rhiannon, y da nombre a la isla de Man, siendo considerado como uno de los dioses irlandeses más importantes. Taranis es conocido por inscripciones galas y parece ser un dios del trueno. Cernunno, el dios venado, también parece ser ampliamente adorado tanto en el continente como en las Islas Británicas.

• La Isla Sagrada

En el libro, la Isla Sagrada es la isla de Lewis, en las Hébridas, tan sólo porque en un solitario cabo que mira al Atlántico se encuentra el mayor círculo de piedras de las Islas Británicas, después de Stonehenge y Avebury: Callanish. La torre
broch
donde tiene lugar la incursión de Rhiann se encuentra también cerca; se llama el Castro Carloway. Resulta interesante señalar que el historiador Plutarco relata la historia de un viajero, Demetrio de Tarso, que visitó una «isla sagrada», probablemente en las Hébridas, durante las campañas de Agrícola.

• La línea real femenina

Uno de los aspectos más intrigantes de los pictos (mis albanos) lo constituye cierta evidencia de que la dignidad real pasaba a través de la línea femenina, y no de padre a hijo. De ser así, eso colocaría a la gente de Escocia muy alejada en ese aspecto de lo que conocemos sobre los primitivos irlandeses y británicos. Esta idea fue uno de los puntos de partida de mi historia.

• Los Antiguos/La Hermandad

Abundando en lo anterior, comencé a imaginar que tal vez la razón por la que sólo los escoceses tuvieran esa extraña costumbre se debiera a que sobreviviese allí una antigua forma de la adoración a la Gran Madre, que había desaparecido en otros lugares. Mi suposición es que la religión, centrada en la mujer, de los pueblos del Neolítico y la Edad del Bronce (los Antiguos) pudiera haber desarrollado una orden de sacerdotisas. La existencia de la orden druídica es bien conocida por los escritores clásicos, así que tuve la idea de que las dos coexistieran en ese tiempo. Nota para los cerebritos: ¡Sé que no hay ninguna evidencia al respecto!

• Piedras/Túmulos

Todos los emplazamientos de piedras enhiestas y túmulos mortuorios del Reino Unido fueron construidos por pueblos del Neolítico o la Edad del Bronce antes del año 1500 a. C. y no por mis pueblos de la Edad del Hierro del siglo I d. C. Sin embargo, muchos estudiosos están de acuerdo en que seguramente los pueblos de la Edad del Hierro, sin duda, veneraban y tal vez utilizaban monumentos más antiguos para sus propios ritos. Aunque hay evidencia de esto en otras partes de Escocia y Gran Bretaña, no la hay de que se utilizaran de esa forma los monumentos del valle de Kilmartin o en el gran círculo de piedras de Callanish en la isla de Lewis.

• Piedras pictas

El aspecto mejor conocido de los pictos es aquel que nos dejaron en las piedras, de talla extraordinaria, la mayoría de ellas fechadas desde los siglos VI o VII en adelante. Aunque soy consciente de que no se ha datado ninguna en el periodo que utilizo, tenía la idea de que los mismos símbolos se usaban en maderas decoradas, muros y también cuerpos, mucho antes de eso. Las pocas piedras de Drust son inventadas, pero estoy proponiendo que la idea murió con él durante unos pocos siglos. ¡Puede que sus águilas de piedra estén aún enterradas en alguna parte, a la espera de ser descubiertas! Los símbolos utilizados para los encabezados de los capítulos son verdaderos símbolos pictos, tal como aparecen en las piedras más tardías.

• Un punto de interés

Elegí el jabalí como tótem de la familia de Eremon porque en Dunadd hay una roca famosa con la talla de un jabalí. Aunque es mucho más tardía, me gusta pensar que fue Eremon quien llevó el jabalí a Dunadd y que éste se convirtió en símbolo de la casa real de Dalriada gracias a él.

• Nombres de poblaciones

Para algunas de las poblaciones más grandes, he mantenido los significados hasta donde he podido. Así, el poblado fortificado de Trapain Law (que existió), que es el hogar de Samana, al parecer significa «el lugar de los árboles». El río Leven, que nace en Loch Lomond, probablemente signifique «río Olmo». Lomond mismo probablemente significa «almenara», así que tenemos el Lago de las Almenaras y La Almenara, en el caso de la montaña Ben Lomond. El río Clyde era conocido como el Clutha, sin que sea claro su significado, y lo mismo se aplica al Forth. Asimismo, nadie parece saber qué significa Crìanan, por lo que he mantenido su forma original. El castro de Calgaco es una invención, pero lo he situado en el actual Inverness porque es la boca del Gran Glen [la Gran Cañada], y porque la forma del Moray Firth hace que este lugar sea fácil de defender de los ataques por mar.

Agradecimientos

Nadie puede completar sola una empresa como ésta, por lo que me gustaría dar las gracias a todos mis amigos y a mi familia por su afecto y apoyo, y más en particular por no reprocharme que, en los últimos años, tan sólo una mitad de mí haya estado con ellos. La otra mitad estaba lejos, en la Escocia del siglo I.

A las amigas que me han proporcionado un inestimable y alentador apoyo editorial y me han ayudado a responder a la cuestión de los pantalones: Amber Trewenack, Tessa Evnan, Helen Jamieson, Kathryn Tenger, Claire Hotchin, Lisa HollandMcNair y Jo Ferrie.

A Amber, que lloró donde había que llorar y, con ello, me dio esperanzas. A mi gran hermano Mark Thompson, por brillar de orgullo y amor incondicional allí donde había que hacerlo. A mi maravillosa agente, Maggie Noach, por creer en mí con tanta fe. A mi editora, Yvette Goulden, por comprender lo que me proponía hacer, y a todas las personas de Orion por tratar a mi bebé con tanto respeto.

Patricia Croque me ayudó con algunas ideas en todo lo referente a los términos gaélicos. David Adams McGilp, del Kilmartin House Museum, hizo un aparte en una crisis audiovisual para hablar conmigo. A cambio, le he prometido hablar a todo el mundo de su maravilloso museo de Kilmartin, Escocia, a un tiro de piedra de Dunadd.

Muchas gracias también a Dorothy Watson, quien, de forma muy generosa, me ofreció un hogar temporal en Australia. A Claire, Graeme y Cassie Swinney, que me acogieron en su casa durante los últimos y tensos meses de edición, por las barbacoas, los esenciales gin-tonics, y su apabullante generosidad y amor cuando más necesitaba de ambos.

Y, por último, mis gracias más efusivas a Claire, que sembró la semilla, creyó en mí con inquebrantable ferocidad y sostuvo mi mano en todos y cada uno de los momentos en que derramé sangre, sudor y lágrimas.

Y a mi guapo marido, Alistair: por dar pie a los mejores detalles del argumento entre muchas pintas de muchos bares, por leer el relato incontables veces y, pese a ello, continuar emocionándose, por lidiar con mis crisis y, sobre todo, por ser pródigo en el amor y la fe. No lo habría logrado sin ti.

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