El Palestino (6 page)

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Authors: Antonio Salas

Algo parecido pasaría con la mezquita de La Unión, en Málaga. Mis antiguos camaradas skin de Alianza Nacional irían adquiriendo un enorme protagonismo en el movimiento neonazi español en el siglo
XXI
. Incluso acogerían entre sus filas a Eduardo Clavero, líder de Batallón de Castigo que llegó a componerme una canción llena de amenazas, tras
Diario de un skin
. Los ultraderechistas de AN atacaron varias veces la mezquita, reventaron la puerta y dejaron numerosas pegatinas decoradas con una caricatura del profeta Muham mad, caracterizado como un terrorista, y la leyenda: «El enemigo está dentro. Inmigrantes islámicos, ¡expulsión!». Esa mezquita sería importantísima para mi infiltración más adelante.

En Talayuela (Cáceres), mis otrora compañeros del Movimiento Católico Español y Acción Juvenil Española, con José Luis Corral a la cabeza, se unieron a las protestas vecinales contra la construcción de una nueva mezquita en el pueblo. La Guardia Civil les incautó las octavillas que los ultras de Corral estaban repartiendo entre los manifestantes, y en las que se podía leer el mensaje islamófobo que, en el fondo, muchos aceptábamos pero solo mis antiguos camaradas ultraderechistas se atrevían a expresar. Entre otras lindezas, las octavillas repartidas en la manifestación antimezquitas de Talayuela decían:

Sufrimos una invasión de inmigrantes que no serían problema si tuvieran nuestra misma cultura, religión, modo de vida, o al menos respetaran lo nuestro y se integraran. Pero eso es imposible con el Islam. Lo saben nuestros antepasados, que lo sufrieron durante nueve siglos... El Islam es una religión fanática e intolerante, que no permite nada más. Lo saben todos los que conviven con ellos en cualquier parte del mundo. Donde hay musulmanes y otras religiones hay un conflicto inacabable. Desde Filipinas hasta Nigeria, en Indonesia, Timor, la India, Pakistán y Cachemira, Oriente Medio, Tierra Santa, Kosovo, Sudán o Etiopía. No importa la raza ni la cultura, siempre, siempre, el Islam trata de imponerse violentamente en cuanto se siente con fuerza para ello. Y los cristianos que quedan van siendo exterminados. No se pueden hacer nuevas iglesias en los países musulmanes, ni predicar el Evangelio. Convertirse al cristianismo es condenado con la pena de muerte... Lo saben muy bien los franceses, por ejemplo, con miles de pueblos y barrios donde no puede entrar un francés ni tampoco la policía, convertidos en ghettos donde impera la Sharia, la ley islámica... Aunque no todos los musulmanes son fanáticos ni violentos, ni siquiera la mayoría, engendrarán siempre, inevitablemente, otros que sí lo serán. Y ahora, con el terrorismo, con las armas de destrucción masiva, con las bombas, gases y suicidas, el peligro es gravísimo. No podemos albergar nidos de terrorismo, de violencia y de intolerancia... Lo de menos es la delincuencia, las violaciones, la competencia desleal en el trabajo y el consiguiente descenso de los salarios, el crecimiento del paro y el aumento de alquileres. No importan tanto las ayudas que se les dan con fondos públicos que pagamos los demás con nuestros impuestos, ni la saturación de los servicios sociales, escuelas y hospitales. Lo grave es el futuro. Si ahora se instalan, nuestros nietos tendrán que enfrentarse a ellos inevitablemente, y expulsarán a los invasores o tendrán que irse de su pueblo, de su tierra y de su Patria. Además, en aplicación de la democracia, cuando sean mayoría podrán exigir la independencia. El Zapatero de turno conversará con ellos y se lo concederá, sobre todo si acumulan muertos sobre la mesa de negociación... Que se vuelvan a su país y nos dejen en el nuestro...

Un antiguo proverbio árabe dice: «Mientras vivamos en la ignorancia seremos siempre enemigos». Hoy sé que este ejemplar conjunto de estupideces, mentiras, prejuicios, tópicos y falacias es tan injusto como ofensivo para los musulmanes. Pero después del 11 de marzo de 2004, muchos europeos estábamos más dispuestos a creérnoslo. Y sé también que las asociaciones de vecinos y los honrados ciudadanos europeos que convocaban o asistían a aquellas manifestaciones antiislámicas no eran conscientes ni responsables del uso político y propagandístico que los neonazis hacían de ellas. Pero hoy también soy consciente de que en las otras manifestaciones similares ocurría exactamente lo mismo, aunque al revés. En las movilizaciones anticristianas que surgieron en todo el mundo árabe, ante la creciente islamofobia que se extendía por Occidente, se infiltraban también radicales, esta vez yihadistas, tan infames, violentos y fanáticos como nuestros neonazis. Y tan alejados de los honrados ciudadanos musulmanes de esos países como los fascistas lo están de nosotros.

En medio de esa tensión interreligiosa, en noviembre se produjo la segunda detención del periodista sirio Taysyr Aluny, pero a casi nadie le importó demasiado. A pesar de que Aluny había sido el único periodista del mundo que había conseguido entrevistar a Ben Laden después del 11-S y una pieza importante en este rompecabezas.

Su caso conmocionó a la comunidad periodística árabe, sin embargo a los colegas occidentales no nos preocupó demasiado. Y menos aún después de que, un mes más tarde, Pilar Manjón compareciese en representación de las víctimas ante la Comisión de Investigación del 11-M. Su testimonio, desgarrado, nos impresionó a todos. Por primera vez prestábamos atención, a nueve meses de la masacre, a la voz del sufrimiento, del tormento indecible de quienes perdieron en aquellos trenes a sus seres queridos. En el caso de Manjón, a su hijo. Y, a mí, aquel testimonio me renovó el ánimo. Si antes de aquella comparecencia había considerado la posibilidad de tirar la toalla un par de veces ante mi incapacidad para el árabe, escuchar a Manjón me hizo pensar que todo esfuerzo contra el terrorismo merece la pena. Y todos estamos invitados a hacerlo.

Manjón y las demás víctimas del 11-M nos evidenciaron la cara más amarga del efecto mariposa. Antes de esa fecha, las víctimas de la violencia en otros rincones del planeta llamaron a nuestra puerta para pedir ayuda y, como no les abrimos, la echaron abajo.

Hasta el 11 de marzo creíamos que la agonía y el sufrimiento de pueblos lejanos, las guerras libradas en países remotos, no nos afectaban. Los dramas que diariamente se viven en Afganistán, Palestina, Sudán, Pakistán, Chechenia, etcétera, parecían simples imágenes bidimensionales, sin olor, que se asomaban a nuestras pantallas a la hora de los informativos gracias a profesionales como mi compañero Xosé Couso. Pero el 11-M aprendimos, con sangre, que el eco de los gritos de un torturado en una cárcel iraquí, de las bombas en las montañas afganas o de los disparos en los territorios ocupados palestinos podía resonar, amplificado, en las estaciones de tren de Madrid.

Desde Israel con amor...

Sin duda el lector comprenderá que, metido en un proyecto tan ambicioso como este, cuando el 28 de diciembre de 2004 recibí un e-mail de la televisión israelí, creyese que la nueva infiltración se había ido al traste. ¿Cómo era posible que, precisamente el día de los Santos Inocentes, un canal de la televisión israelí se pusiese en contacto conmigo, mientras preparaba mi nueva identidad como radical palestino para infiltrarme en las organizaciones terroristas internacionales? ¿Cabía la posibilidad de que el MOSSAD israelí hubiese descubierto mis intenciones e intentase utilizarme de alguna manera? ¿Tenía mi amigo Abraham A. algo que ver con este contacto? Quizás pequé de paranoico, pero en mi oficio la paranoia puede salvarte la vida. El e-mail en cuestión era como para tener la mosca detrás de la oreja, y más dadas las circunstancias:

Para: [email protected]

Fecha: martes, 28 diciembre, 2004 4:43 PM

Asunto: televisión israelí, canal 2

Estimado señor Salas,

En los últimos meses estamos produciendo una serie documental para el canal 2 de la television Israeli sobre el antisemitismo el mundo. Para el capitulo sobre España nos gustaria poder intrevistarlo sobre el tema de los movimientos neonazis en general y los ultra-sur en particular. Si este proyecto le interesa, por favor contactanos en uno de estos e-mails: rohilevi@..., lewi@..., ronatamir@... gracias, atentamente,

Rohi Bet Levi

Guionista

En los e-mails posteriores —que me limito a transcribir tal y como los recibí—, Rohi Bet Levi me amplió la información sobre su proyecto, y aparentemente mi paranoia con el MOSSAD parecía infundada:

Estimado señor Salas:

Antes de todo gracias por responder rápidamente. Aqui estan unos detalles sobre la produccion de nuestra compañia (TTV) Estamos produciendo una serie de documentales para la television Israeli sobre el antisemitismo, que sera transmitido en el canal 2 de television en horario central. la serie tratara sobre el antisemitismo moderno en Europa, America del Sur y los Estados Unidos, cada capitulo durara aproximadamente 50 minutos. Esta sera la primera vez que la television Israeli otorga 200 minutos en horario central para un tema tan dificil e importante. La produccion esta apoyada por la Fundacion Eli Wiesel, Y tenemos la cooperacion del Ministerio del Exterior de Israel, la Ajencia Judia (Sojnut), la ADL, como tambien la ECJC y otras organizaciones que luchan contra el antisemitismo en el mundo.

Las grabaciones en España serian aproximadamente desde el 20 al 30 de enero y queriamos saber las fechas probables en que nos podriamos encotrar en Madrid. Estamos consientes de la importancia de mantener su anonimato en el caso de que usted lo deseara. Tambien necesitariamos otra pequeña ayuda para contactarnos con algun representante o ex integrante de los Ultrassur en Madrid.

Para que nuestra comunicacion sea mas clara nos gustaria contar con su numero telefonico y tambien le pasamos los nuestros :

Rohi: 00972-52...

Rona(en ingles): 00972-54...

Otra vez gracias y espero que esteemos en contacto

Rohi Bet Levi

Mi editora me convenció de que el argumento de los israelíes era muy razonable. Al fin y al cabo, los judíos eran una de las víctimas preferidas del odio neonazi, y
Diario de un skin
se había convertido en un libro bastante conocido, dentro y fuera de España. Además, en 2004 se había concluido el rodaje de la película basada en mi infiltración en el movimiento skin, que se presentaría en el Festival de Cine de Málaga en abril de 2005. Y en enero de ese mismo año comenzaba el rodaje de la película inspirada en mi infiltración en las mafias del tráfico de mujeres. Así que parecía razonable, decía mi editora, que hasta Israel hubiesen llegado noticias de mi trabajo y esa fuese la razón de su interés en entrevistarme. Sin embargo, durante la grabación de dicha entrevista creo que los israelíes se dieron cuenta de mi incomodidad, aunque era imposible que pudiesen imaginar la razón de aquella tensión, hasta el momento en que lean estas líneas.

Más tarde, al regresar a Palestina para reunirme con altos mandos de Hamas, el Yihad Islámico o las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, me arrepentiría mucho de haber concedido aquella entrevista a la televisión israelí. Porque al emitirse en uno de los canales nacionales, todo Israel y Palestina estaba ya en disposición de conocer a un tal Antonio Salas, un periodista español que realizaba reportajes de investigación como infiltrado. Aunque para entonces yo ya había conseguido burlar los controles de la policía israelí colando clandestinamente en el país un equipo de grabación con cámara oculta...

SEGUNDA PARTE
Año 2005 d. C., año 1426 de la Hégira
1
Capítulo 2
Tras los pasos de Alí Bey

Pero si ellos se inclinan por la paz, inclínate tú también y encomiéndate a Allah porque Él es Quien todo lo oye, Quien todo lo sabe
.

El Sagrado Corán 8, 61

Cada sol tiene su ocaso
.

Proverbio árabe

Al Qaida a juicio en España

La entrevista con los israelíes coincidió con el inicio del rodaje de la película inspirada en
El año que trafiqué con mujeres,
donde el veterano actor Nancho Novo interpretaba el papel de Antonio Salas. Y lo cierto es que resultaba francamente difícil compatibilizar mis tres vidas paralelas. Por un lado mantenía mi trabajo normal como periodista, la mejor forma de no levantar sospechas en mi círculo. Pero al mismo tiempo tenía que atender los compromisos de Antonio Salas, como aquellas entrevistas con los israelíes, el rodaje de las películas o dirigir la colección Serie Confidencial que mi editorial sacó a la venta ese año 2005.
1
Y, a la vez, debía dar vida a Muhammad Abdallah, asistiendo a las clases de árabe, los cursos y seminarios sobre terrorismo y demás. A principios de 2005 ya me parecía muy difícil compatibilizar las tres vidas a la vez... No tenía ni la más remota idea de cómo iban a complicarse las cosas a partir de ese año.

En abril, los ojos de los periodistas de todo el planeta se dirigieron hacia Madrid. El primer juicio celebrado en el mundo contra supuestos miembros de Al Qaida, sospechosos de participación en los atentados del 11-S, no se celebró en los Estados Unidos, sino en España. En 2001 y 2002, la Operación Dátil había sido una de la macrooperaciones policiales más ambiciosas de la administración Aznar, seguida atentamente por nuestros aliados norteamericanos. Dividida en tres fases, la primera tuvo lugar entre noviembre de 2001 y el mes de enero siguiente, y trajo consigo la detención de trece presuntos terroristas bajo la dirección de Imad Eddin Barakat Yarkas, alias
Abu Dahdah
, acusados de reclutar yihadistas que serían enviados a campos de entrenamiento de Al Qaida en Afganistán. La segunda fase se centró en la trama empresarial cuyas ganancias supuestamente financiaban a Al Qaida, en abril de ese año. En junio se desarrollaron cuatro nuevas detenciones en Madrid y Castellón, y se confiscaron vídeos con grabaciones de las Torres Gemelas y otros edificios emblemáticos.

El periodista de Al Jazeera Taysyr Aluny
2
había sido detenido posteriormente, el 5 de septiembre de 2003, e incluido en el proceso de la Operación Dátil por su supuesta implicación en la célula de Abu Dahdah. Probablemente, de tener una nacionalidad distinta, Aluny sería considerado un periodista excepcional, pero era árabe y sospechoso de colaborar con terroristas. Sin embargo, es mucho más que eso.

Nacido en Deir Ezzor (Siria) el 20 de marzo de 1955, Aluny se licenció en Económicas antes de viajar a España en 1985 para ampliar sus estudios. Trabajaba como comerciante en Ceuta y así conoció a su esposa, la española Fátima Zahra, con la que se casó dos años más tarde y a través de la que obtuvo su nacionalidad española. Aluny desempeñó diferentes trabajos, desde profesor de árabe a empleado de la oficina del fiscal municipal de Ceuta, pero en 1996 comenzó a colaborar como traductor de árabe con la agencia EFE, y de ese modo empezó su relación con la cadena de televisión Al Jazeera, todavía como
freelance
.

También trabajaba con el Instituto de Estudios de Paz y Diferencia de Granada, hasta que en 1999 Al Jazeera, que supo ver su madera de periodista, lo fichó en nómina, enviándolo como director de la oficina de la cadena en Kabul. Allí Aluny vivió, desde dentro, los momentos de mayor esplendor talibán. Y, gracias a su cámara y a su temple, todos pudimos conocer más sobre el régimen islamista que controlaba Afganistán. De hecho, pocos colegas saben que fue un periodista español, Taysyr Aluny, el único reportero que, disfrazado de talibán, grabó el trágico momento en que los radicales islamistas dinamitaron los magníficos budas de Bamiyan, en marzo de 2001. Y cuando, después del 11-S, todos los periodistas extranjeros abandonaron Afganistán ante la invasión norteamericana, Taysyr Aluny permaneció allí. Y fue el único periodista del mundo que consiguió una entrevista con Ben Laden, un mes después del atentado contra el World Trade Center. Una entrevista que nunca fue emitida, ni siquiera por Al Jazeera, que solo se atrevió a divulgar un breve fragmento ante la sensibilizada opinión pública internacional contra el líder de Al Qaida tras el 11-S. Yo tardaría muchos años en conseguir una copia de ese vídeo excepcional y la transcripción de dicha entrevista. Después de Afganistán, Aluny sería enviado a Iraq para cubrir la invasión norteamericana y la caída de Saddam Hussein. Tras su vuelta a España sería detenido por el juez Baltasar Garzón, por su presunta relación con Al Qaida.

Según informes policiales a los que he tenido acceso, y que reproduzco literalmente, los investigadores consideraban «hechos probados» que «ABU DAHDAH Y TAYSIR, mantenían contactos telefónicos, personales, ideológicos y orgánicos, desde 1995 a 2001...»; «Taysir mantenía una estrecha amistad y ayudaba en trámites administrativos al miembro de la célula de Al Qaida en España, Mohamed ZAHER ASADE (“muyahidín” que fue enviado a Bosnia para realizar la Jihad). Desde la casa de este último TAYSIR mantuvo una conversación con un tal ABU SALEH, con el que iba a viajar a Afganistán, a quien le preguntó “si OSAMA estaría en Islamabab (Paquistán) y si habría forma de comunicarse con él”»; «TAYSIR apoyó y dio cobertura al destacado miembro de la organización AL-QAIDA Muhamed MAHAIAH @ ABU KHALED. Le ayudó a conseguir su tarjeta permanente de residente legal en España en fraude de Ley (enero 1998), e hizo de intermediario, en al menos tres ocasiones (año 2000), para la entrega de dinero recaudado en nuestro país por ABU DAHDAH y otros medios de su célula, a ABU KHALED tras haber huido éste a Afganistán y ser descubierta su actividad en Turquía (junio de 1999)»; «TAYSIR mantenía en 1995 una estrecha amistad con el destacado miembro de la organización AL-QAIDA, Mustafá SETMARIAM NASAR, que por aquel entonces vivía en Granada, antes de trasladar su residencia a Londres (INGLATERRA). NASAR fue el máximo responsable de uno de los campamentos de entrenamiento terrorista-militar en Afganistán hasta la caída del régimen talibán»; «TAYSIR ALONI durante los años 1998 a 2000, mantuvo contacto personal y telefónico con los miembros de AL-QAIDA residentes en Hamburgo (ALEMANIA), Mamoun DARKAZANLI y Abdulfattah ZAMMAR, vinculados al comando de Mohamed EL AMIR ATTA»; «La recaudación de dinero (llevada a cabo entre el círculo de miembros y seguidores de la célula de AL-QAIDA asentada en España), y el envío del mismo a zonas donde actuaban los “muyahidín”, como Afganistán y Chechenia...».

Casualmente, al mismo tiempo que Abu Dahdah, Taysyr Aluny y los demás procesados en la Operación Dátil eran juzgados en Madrid, en la antigua Al Andalus, y más concretamente en el Festival de Cine de Málaga, se presentaba la película
Diario de un skin
. No todos los días tiene uno la oportunidad de ver en una pantalla de cine una película basada en su trabajo; sin embargo, y a pesar de la amable invitación del director Jacobo Rispa y de Tristán Ulloa, el actor que interpretaba mi papel, no pude asistir al estreno. Mi ego debería esperar. Me había matriculado en unos cursos intensivos de árabe en el norte de África con la esperanza de acelerar un poco mi conocimiento de la lengua del Corán. Necesitaba aprender a leer y escribir árabe lo antes posible para poder acceder al menos a los foros y páginas web yihadistas en los servidores orientales de Internet.

En 2005, las academias de árabe en el norte de África, como en varios países de Oriente Medio, estaban repletas de espías europeos o norteamericanos, que aprendían la lengua, la cultura y las tradiciones del Corán. En mi caso, compartí aula y alojamiento con ocho funcionarios del servicio secreto italiano, el SISMI, que se pasaron varias semanas intentando averiguar si yo también era miembro de algún servicio de información europeo. Estoy seguro de que ninguno se creería que su compañero de clases era un simple periodista independiente, que no contaba con más recursos que los propios. La verdad es que durante aquellas semanas viví muchas anécdotas con los espías italianos.

Ellos eran ocho y yo estaba solo, y la verdad es que la soledad se multiplica infinitamente cuando estás en un país que no conoces, con una lengua que no dominas y sin nadie a quien poder acudir. Creo que jamás me había sentido tan solo como en esos primeros viajes por países árabes. No me hacía ninguna gracia que los del SISMI pudiesen intuir mi identidad, y por supuesto ni mis profesores ni mis compañeros tenían la menor sospecha de quién era yo. Así que me limitaba a asistir a las clases, y después me compraba algún bocadillo y alguna bebida, para encerrarme en mi habitación y pasar el resto del día y de la noche leyendo y estudiando. Incluso ideé un sistema con dos latas de refresco para poder prepararme café caliente sin tener que salir del cuarto. Pero me frustraba terriblemente mi incapacidad para con el árabe. Por cada letra del alifato que conseguía memorizar, olvidaba la anterior. Por cada palabra que aprendía, olvidaba dos. Mi pronunciación era espantosa, mi gramática horrible y mi ortografía aún peor.

Pero allí descubrí algo vital: mi acento latino. A pesar de mis aún parcos conocimientos, hasta yo me daba cuenta de que el árabe pronunciado por los italianos o por otros alumnos alemanes, ingleses o franceses sonaba diferente. Cada uno manteníamos nuestro acento nativo a pesar de cambiar de idioma. Exactamente lo mismo que ocurre cuando un francés habla en inglés, un alemán en español o un italiano en ruso. Todos sabemos identificar los acentos de un extranjero que intenta hablar en nuestra lengua. Y esto es muy importante, porque significaba que, por mucho que me esforzase, jamás podría pasar por un árabe nativo. Tenía que buscarme un argumento sólido y razonable para justificar mi árabe con marcado acento latino. Y, mientras buscaba una explicación creíble, continuaba estudiando.

Desesperado, por las noches me dormía con la televisión de mi habitación permanentemente encendida y sintonizada en el canal Al Jazeera. En ese momento no podía intuir lo importante que iba a ser el famoso canal de televisión qatarí y algunos de sus periodistas más prestigiosos en mi investigación. Ingenuo de mí, mantenía la esperanza de que, si dormía con Al Jazeera sonando toda la noche, quizás pudiese memorizar de manera subliminal algo más de árabe. Pero no funciona. Llegué a la conclusión de que todo eso del «aprende mientras duermes» es un camelo, y al final solo te produce pesadillas, jaqueca y falta de descanso. Como ejemplo de mi ignorancia, grabé horas y horas de programación de Al Jazeera y de otros canales árabes para luego poder revisarlas de vuelta en Europa, en cuanto aprendiese algo más del idioma. Todavía no sabía que Al Jazeera, como otros canales árabes, puede sintonizarse por satélite desde cualquier parte del mundo o seguirse en Internet.

Alí Bey
versus
Domingo Badía, mi maestro

Para descongestionarme del estudio y por recomendación expresa de uno de mis compañeros en los cursos de terrorismo, me había llevado a ese viaje la biografía de un tal Alí Bey. Y, por un nuevo capricho del destino, la providencia quiso que conociese la historia de este singular personaje justo en el mismo lugar donde había comenzado su magnífica aventura. Alí Bey fue el primer infiltrado occidental en el Islam de toda la historia. Otra coincidencia increíble es que ese infiltrado también era español. Y desde el día en que conocí su extraordinaria odisea, devorando las páginas de su libro bajo el mismo sol y las mismas estrellas del norte de África que fueron testigo de su infiltración, Domingo Badía se convirtió en uno de mis referentes para esta investigación.

Domingo Francisco Badía i Leblich nació en Barcelona el 1 de abril de 1767, pero con once años se traslada a Vera (Almería). Badía trabajó en Córdoba como administrador de la Real Renta de Tabacos, mientras dedicaba su tiempo libre, como autodidacta (no constan estudios universitarios), a su formación en diferentes ciencias. Prueba de ello son sus primeros escritos, como
Ensayo sobre el gas y máquinas o globos aerostáticos
, que firmó con el seudónimo de
Polindo Remigio
, en 1792. Texto este dedicado a Manuel Godoy, primer ministro de Carlos IV. Y fue Godoy precisamente quien, años después, recibiría la temeraria oferta de Domingo Badía: infiltrarse en los países árabes oculto bajo la identidad de un musulmán, para espiar y desestabilizar a los posibles enemigos de la Corona española.

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