Read La Historia Interminable Online
Authors: Michael Ende
El señor Koreander asintió y fumó ensimismado.
—Sssí —rezongó—, tú tienes la suerte de tener un amigo en Fantasia. Eso, bien lo sabe Dios, no lo tienen todos.
—Señor Koreander —preguntó Bastián—, ¿cómo sabe usted todo eso?… Quiero decir… ¿estuvo alguna vez en Fantasia?
—Naturalmente —dijo el señor Koreander.
—Pero entonces —dijo Bastián—, ¡tiene que conocer a la Hija de la Luna!
—Sí, conozco a la Emperatriz Infantil —dijo el señor Koreander—, pero no por ese nombre. Yo la llamé de otro modo. Pero eso no importa.
—¡Y tiene que conocer también el libro! —exclamó Bastián—. ¡Ha leído
La Historía Interminable
!
El señor Koreander movió la cabeza.
—Toda historia es una Historia Interminable. —Dejó vagar la mirada sobre sus muchos libros, que llegaban por las paredes hasta el techo, y luego, señalando con el mango de la pipa, continuó:
—Hay muchas puertas para ir a Fantasia, muchacho. Y hay todavía más libros mágicos. Muchos no se dan cuenta. Todo depende de quién coge uno de esos libros.
—Entonces, la Historia Interminable, ¿es distinta para cada uno?
—Eso es lo que quería decir —repuso el señor Koreander—. Además, no sólo hay libros sino también otras posibilidades de ir a Fantasia y volver. Ya te darás cuenta.
—¿Usted cree? —preguntó Bastián esperanzado— Pero entonces tendría que encontrar otra vez a la Hija de la Luna, y sólo se la encuentra una vez.
El señor Koreander se inclinó y bajó la voz.
—¡Deja que te diga algo un viejo y experimentado viajero de Fantasia, muchacho! Es un secreto que nadie quiere saber allí. Si piensas en ello, también tú comprenderás por qué. No puedes ver otra vez a la Hija de la Luna, eso es verdad… mientras sea la Hija de la Luna. Pero si puedes darle otro nombre la volverás a ver. Y cada vez que lo consigas será de nuevo la primera y la única vez.
En el rostro de perro de presa del señor Koreander hubo por un instante un débil resplandor que lo hizo parecer joven y casi guapo.
—¡Gracias, señor Koreander! —dijo Bastián.
—Soy yo quien tiene que darte las gracias, muchacho —respondió el señor Koreander—. Me gustaría que de vez en cuando te dejaras caer por aquí para que intercambiásemos experiencias. No hay tanta gente con la que se pueda hablar de esas cosas.
Le tendió la mano a Bastián.
—¿De acuerdo?
—Con mucho gusto —dijo Bastián estrechándosela—. Ahora tengo que irme. Mi padre me espera. Pero volveré pronto.
El señor Koreander lo acompañó hasta la puerta. Cuando salió, Bastián vio, a través del letrero invertido del cristal, que su padre lo esperaba al otro lado de la calle. El rostro de su padre resplandecía.
Bastián abrió con fuerza la puerta, con lo que el racimo de campanillas de latón se puso a repiquetear locamente, y corrió hacia aquel resplandor.
El señor Koreander cerró la puerta con cuidado y los siguió con la vista.
—Bastián Baltasar Bux —gruñó—: si no me equivoco, les vas a enseñar a muchos el camino de Fantasia para que puedan traernos el Agua de la Vida.
Y el señor Koreander no se equivocaba.
Pero ésa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.
POR ENDE…
Michael Ende
Hijo único del pintor surrealista Edgar Ende y de Luise Bartholomä, una fisioterapeuta. Su infancia estuvo marcada por el ambiente artístico y bohemio en que se movía su padre. En su juventud participó en una agrupación antinazi llamada "Frente Libre Bávaro", mientras era estudiante, pero debió suspender sus estudios para servir al ejército alemán. Tiempo después, su familia se mudó a una zona de artistas en Múnich, lo cual sería una gran influencia para Ende más tarde. Entre 1947 y 1950 estudió interpretación en la escuela de Otto Falckenburg, en Múnich.
Comenzó a escribir relatos de corte infantil y juvenil a principios de los años 50. Trabajó como actor, guionista de espectáculos de cabaret y como escritor de críticas cinematográficas. Logró popularidad en su país con la obra J
im Botón y Lucas el Maquinista
(1960) una novela fantástica que le mereció el premio Deutscher Jugendbuchpreis como mejor libro alemán del año para público infantil. En 1962 publicó la segunda parte,
Jim Botón y los 13 salvajes
. Contrajo matrimonio con Ingeborg Hoffman, quien era cantante y con quien viviría en Roma. Ingeborg falleció en 1985 debido a un cáncer. Cuatro años después, Ende se casaría por segunda vez con la japonesa Mariko Sato.
Su obra se enmarca en el género fantástico. Ha conseguido fama universal con libros como
Momo
(1973) y
La historia interminable
(1979), ambas llevadas al cine. El primero narra las aventuras de una niña que se enfrenta a los hombres grises que le roban el tiempo a los hombres (una historia fantástica que tiene cortes surrealistas y metafísicos). El segundo es un libro que habla de un libro. Es la historia de Bastián Baltasar Bux, quien al robar un libro descubre que el libro habla de él y es absorbido por su trama. Esta obra fue llevada al cine en tres ocasiones, la primera vez en 1984, modificando muchos aspectos del libro, por lo que Ende mostró su desilusión. Aun así fue un éxito de taquilla.
Sus libros tienen nombres llamativos y extraños. Algunos de los más destacados son:
El libro de los monicacos
(1970),
Tragasueños
(1978),
Jojo: Historia de un saltimbanqui
(obra de teatro, 1982),
El Goggolori
(1984),
El espejo en el espejo
(1986),
El ponche de los deseos
(1989) y
Carpeta de apuntes
(1994), que contiene algunos ensayos autobiográficos con algunos relatos fantásticos y de aventura.
En el año 1992 se le diagnosticó un cáncer de estómago que acabó con su vida al cabo de dos años. Michael Ende falleció a la edad de 65 años, en Stuttgart (Alemania), el 28 de agosto de 1995.