Esta desregulación se consumó en 1996, gracias a una ley que fue aprobada en sólo tres semanas y que proporcionaba un balón de oxígeno de 20.000 millones de dólares a las empresas californianas de servicios públicos (la mayor parte del cual se empleó en subsanar sus malas decisiones inversoras del pasado). Durante cuatro años, los precios quedaron congelados —a un nivel por encima de la media—, al igual que la competencia, que presuntamente habría debido incrementarse en un mercado desregulado. Se bloqueó la construcción de nuevas plantas energéticas, de modo que los residentes de California se hicieron progresivamente más dependientes de proveedores de fuera del estado. Así, en los últimos tiempos han tenido que comprar la energía a precios escandalosamente inflados.
Hoy día, los consumidores no sólo pagan más, sino que se ven forzados a pasar parte del día sin electricidad. Y no es porque haya escasez energética. El Operador Independiente del Sistema, la agencia californiana que supervisa la transmisión de electricidad, tiene acceso a 45.000 megavatios: la cantidad necesaria para satisfacer la elevada demanda estival. Las compañías energéticas retienen 13.000 megavatios de la cantidad inicial mediante desconexión (y por motivos que no están obligadas a divulgar). En agosto de 2000, el
Wall Street Journal
informó de que se estaba reteniendo un 461 % más de capacidad energética que el año anterior. Y, naturalmente, un suministro más escaso trae consigo precios más elevados.
Pero esto no es así en ciudades abastecidas por empresas de servicios que son propiedad de la comunidad. La población de Los Ángeles y de otras áreas donde la energía sigue en manos de los ciudadanos no ha sufrido apagones. Otros estados del suroeste y del Pacífico tienen una producción suficiente para sacar a California del apuro, aportando el 25 % de su energía.
Mientras se desarrolla este drama hollywoodiense, junior y tío Dick no han dejado escapar el momento para asustar al personal con vistas a conseguir más apoyos que les permitan construir nuevas plantas nucleares, incinerar más carbón y perforar terrenos vírgenes en busca de petróleo. En otras palabras, quieren empeorarlo todo. Entre tanto, Bush ha construido un nuevo hogar en su rancho tejano que es el sueño de cualquier ecologista: todo funciona con energía solar, y sus aguas residuales se reciclan. La residencia del vicepresidente Cheney, a su vez, está equipada con lo último en dispositivos de ahorro energético, instalados en su día por el presidente en el exilio, Al Gore.
La energía limpia y renovable está muy bien para ellos, pero su política hacia el resto de nosotros está muy clara:
«¡Que conduzcan minivans y coman chuletones!»
COMO GASTAR MENOS GASOLINA
• Haga autostop
: es gratis, puede uno conocer gente nueva y mantener interesantes conversaciones. Ventaja adicional: hay grandes posibilidades de que acabe apareciendo (en un papel secundario) en los criminales mas buscados de EEUU o en un telefilme del tipo Mujer en peligro.
• Viva en una ciudad con un buen sistema de transporte público:
pero por favor no venga a Nueva York. Estamos completos. Múdese a alguna otra ciudad estadounidense con una buena red de transporte público como… bien… Vaya, olvídelo, venga a Nueva York. Me sobra una habitación: puede quedarse en casa.
• Succione gasolina de los coches aparcados en los aeropuertos:
no van a ninguna parte. Es una vergüenza desperdiciar toda esa gasolina en estos tiempos de conciencia contra el despilfarro. Además representa un autentico peligro: imagina lo que sucedería si un avión se estrellara contra uno de estos aparcamientos con miles de coches rebosantes de combustible. Procure no tragar.
• Conduzca detrás de grandes camiones para reducir la resistencia del viento:
Es posible que los expertos en seguridad viaria le desaconsejen esta práctica, pero funciona. Puede mantener el coche una determinada velocidad de crucero y gozar del paisaje. Inconveniente: corre el riesgo de recibir una paliza de una remota parada de camiones a manos de un bruto con el lema “Búscame” tatuado en la frente.
• Viva en su despacho o lugar de su trabajo:
De este modo eliminará sus costos viajes de ida y vuelta además del fastidioso alquiler mensual. Ventaja adicional: impresionará al jefe por ser siempre el primero en llegar y el último en marcharse.
COMO SOBREVIVIR AL CALENTAMIENTO GLOBAL
• Identifique objetos de su vivienda que puedan servir como flotadores una vez que se derritan los casquetes polares. Preste especial atención a los objetos de material sintetico: tienden a ser extremadamente resistentes al agua.
• No se olvide de mirar en su patio las sillas a prueba de agua que llevan posavasos incorporados flotan igual de bien en el mar que en su piscina. ¿Quién dice que el derretimiento catastrófico de los polos tiene que ser aburrido.
• Examine mapas topográficos para determinar el punto mas elevado del área en la que reside, y trace la ruta más rápida para llegar hasta allí. Haga simulacros de evaluación.
• Acuda a la piscina de barrio más próxima para aprender a nadar. Practique bien la flotación vertical.
• Vaya de vacaciones a Montana en vez de Florida. Dígales a los niños que trasladen su programa de borracheras en las playas de Daytona a la bonita ciudad de Billing.
LO BONITO DEL SUR
Para equilibrar, mi retrato del Sur como tierra de paletos racistas y avanzadillas empresariales de última hora, se me ha pedido que enumere una lista de cosas que debemos agradecer al Sur. Aquí esta:
- La cecina
- La limonada
- Los bailes de gala
- Los buenos modales
- La música country
- La siesta en hamaca
- Las reinas de la belleza
- Míchael Jordan
- Wal-Mart
- La lucha con caimanes
- Walt Disney World
COMO ASEGURARSE DE QUE SU AGUA ES REALMENTE POTABLE
• Presione al Congreso para que el agua embotellada pase ser la bebida oficial del país.
• Reconecte las tuberías del agua de su ciudad directamente a las fuentes de agua de manantial explotadas por las embotelladoras. Sí eso significa tender cañerías, hasta el otro lado del Atlántico para extraer agua de un manantial alpino, pues que así sea. Si hay cables telefónicos que cruzan el océano, seguro que también puede haber tuberías.
OTROS ADITIVOS QUE NOS GUSTARIA VER
Actualmente el gobierno añade flúor al suministro de agua, en tanto que muchas compañías decentes añaden cafeína, vitaminas, saborizantes y microbios dañinos al agua embotellada. ¡Es que no tiene más imaginación! ¿Por qué no ir más allá cuando el dentista dice que es bueno para usted? Además, ya tenemos fluor en la pasta de dientes. Por qué no comercializar agua con sabores tan populares como:
-Chuletón, Tex mex, Prozac, Salsa picante, Soja, Barbacoa, ketchup.
SE ACABO LA CARNE: COMO CONVERTIRSE EN HINDU
Abrazar el hinduismo requiero poco más que la aceptación de unas reglas de vida acordes con las creencias hindúes. Según una de ellas por ejemplo, hay que venerar a la vaca como una madre gracias al valor nutritivo de la leche que nos da. La matanza de vacas es, pues, sacrílega. Siga estos pasos para convertirse en hindú:
• Únase a una comunidad hindú (puede encontrar una cerca de usted en www.hindu.org/temples)
• Tome un curso en el que se compare el hinduismo con otras confesiones.
• Discuta sus nuevas creencias con representantes de su religión anterior y, en caso necesario, obtenga una acta de apostasía.
• Adopte un nombre hindú en una ceremonia de bautismo.
• Publique un anuncio en su periódico local para explicar que ha rescindido su vínculo con su antigua fe y ha adoptado un nuevo nombre.
• Obtenga un documento que certifique que un sacerdote hindú ha autorizado su conversión.
EL RANCHO ECOLOGICAMENTE CORRECTO DE GEORGE W. EN TEXAS
Quizás al presidente Bush le traiga sin cuidado el medio ambiente del resto del mundo, pero, cosa rara, su nuevo rancho en Crawford, Texas, es de lo mas ecológicamente correcto. Posee, entre otras instalaciones:
• Sistemas de calefacción y enfriamiento geotérmicos que consumen un 75% menos de energía eléctrica que los dispositivos tradicionales.
• Un sistema de bombeo de agua a 20°C desde una profundidad de 90 metros, para enfriar toda la casa en verano y calentarla en invierno. El sistema se emplea asimismo para calentar el agua de la piscina.
• Un depósito de 100.000 litros del que se recogen las aguas negras para reutilizarlas en el riego del jardín.
• Un sistema de purificación de agua propio, que emplea agua reciclada para regar las flores y hierbas silvestres autóctonas que crecen en terrenos de la finca.
A principios de este año, mi esposa y yo asistimos al bautizo de nuestro nuevo sobrino, Anthony. Sus padres pidieron a nuestra hija adolescente que fuese su madrina, tarea que la llevará a ocuparse ocasionalmente de Anthony cuando éste necesite ayuda para eructar, para criarse como buen católico o para ambas cosas.
Descubrimos que la ceremonia bautismal de la Iglesia Católica ha cambiado enormemente. Sin prisas por rociar al recién nacido con agua bendita antes de que pierda su alma a manos de Satán, pudimos celebrar una festiva ceremonia inscrita en la misa dominical.
Mediado el evento, el padre Andy pidió a la familia entera que se congregara alrededor de la pila bautismal mientras se sumergía al pequeño Anthony Proffer en agua bendita y se le envolvía luego en una sábana inmaculada. En aquel momento, el sacerdote levantó al pequeño sobre la concurrencia y toda la iglesia prorrumpió en una calurosa ovación.
Nadie lo hizo con mayor entusiasmo que yo.
Era la primera vez en trece años que nacía un niño en la familia.
Hemos tenido trece bebés en trece años, y el balance arroja un total de once niñas y dos niños.
Supongo que la mayoría de nosotros estaría de acuerdo en que una niña representa menos trabajo. Y no es que queramos menos a los niños; de hecho, no son más duros de educar que las niñas cuando se dispone de un buen seguro médico que cubra roturas de huesos y dientes, dedos pillados en la puerta del coche y demandas por daños y perjuicios de los vecinos que acusan a nuestra dulce criatura de haberle prendido fuego a su Toyota «para ver qué tal quemaba».
He vivido toda mi vida en hogares donde los hombres estaban en franca minoría. No tengo hermanos, sólo dos hermanas estupendas. Entre ellas y mi madre se aseguraron de que yo hiciera todo el «trabajo de mujeres» en la casa, mientras a mi padre se le concedía la baja dominical para que pudiese ver los torneos de golf. En cierto momento, traté de equilibrar las cosas, aduciendo que mi opinión debía tener más peso por el hecho de ser el mayor, pero eso no hizo más que movilizar a la mayoría feminista contra mis pretensiones. Hasta el día de hoy, como legado de su firme actitud, aquellos con quienes nos encontramos cuando estamos juntos siguen convencidos de que yo soy el más pequeño de los tres.
Ahora vivo con mi mujer y mi hija. De nuevo en minoría. Todos los vicios masculinos que mis hermanas y mi madre no pudieron desterrar han sido finiquitados despiadadamente por estas dos. Lo último que han hecho ha sido reprimir mi tendencia a escupir pasta de dientes sobre el espejo después de cepillármelos. Les ha costado diecinueve años, pero lo han conseguido. Ahora dicen que mi lista de asquerosidades se reduce a una sola página y que sólo quedan tres o cuatro comportamientos abominables por erradicar (como el de colocar mi bebida extra grande en precario equilibrio sobre el volante, dejar manchas de tinta indeleble sobre el brazo del sillón en el que me adormilo, roncar... Aunque me temo que éste hábito sólo podrán corregirlo asfixiándome con la almohada).
La verdad sea dicha, soy mejor persona por haber vivido rodeado de mujeres fuertes, inteligentes y cariñosas. Claro que, por una vez, me hubiera gustado jugar a indios y vaqueros.
Mis padres no tienen nietos varones. Mis hermanas y yo sólo tenemos hijas. Los padres de mi esposa tuvieron cuatro hijas y dos hijos. Éstos, a su vez, gestaron otras ocho niñas y sólo dos niños. Los dos hermanos de mi esposa y yo sólo tenemos niñas. En nuestra familia no se ha jugado un partido de fútbol desde los años del instituto. Y el sacrificio parece haber pasado inadvertido para todos los interesados.
He ofrecido esta aproximación a la composición sexual de mi familia para señalar un descubrimiento de gran calado. Intrigado acerca de este desajuste, empecé a hacer pesquisas para averiguar si otra gente tenía la misma percepción que yo de que nacen más niñas que niños. Para mi sorpresa, descubrí que no estaba solo.
Últimamente, cuando se me pide que dé una charla en una universidad o ante determinada comunidad, me lo monto para preguntar a la audiencia cuántos de sus miembros están viendo nacer más niñas que niños en sus familias. Y una mayoría de manos se levanta para confirmar mi sospecha. Un sinnúmero de personas ha empezado a compartir el secreto conmigo: las filas masculinas menguan a marchas forzadas. En algunas familias, los varones son una raza extinta. Yo trato de reconfortarlos: no hay que avergonzarse por la incapacidad de engendrar progenie masculina.
En cualquier caso, aquí pasa algo.
La Oficina del Censo confirma que el número de bebés varones ha descendido en Estados Unidos desde 1990. Por otra parte, las mujeres cada vez viven más: 80 años, de media, frente a la esperanza de vida de los hombres, que es de 74 años. Cuando era un chaval, el país parecía bastante bien repartido entre un sexo y otro, si bien había ligeramente más mujeres que hombres. La proporción cambió después a 51 contra 49, y pronto estará en 52 contra 48. De modo que he llegado a una desagradable pero irrefutable conclusión: la naturaleza está tratando de aniquilarnos.
¿Por qué nos trata de este modo? ¿No somos los portadores de la simiente de la vida? ¿Qué hemos hecho para merecer esto?
Por lo visto, cantidad de burradas.
En los albores de la civilización, cumplimos una función crucial para el desarrollo de la especie. Cazábamos y recolectábamos alimentos, protegíamos a mujeres y niños de los grandes animales que se los querían comer y ayudamos al Homo sapiens a multiplicarse rápidamente por medio de apareamientos indiscriminados. Desde entonces, todo ha ido a peor.