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Authors: Bruno Bettelheim

Tags: #Ensayo

Psicoanálisis de los cuentos de hadas (63 page)

[124]
En lo referente a la historia del calzado, incluyendo zapatillas y sandalias, véase R. T. Wilcox,
The Mode of Footwear
, Nueva York, 1948.

Para una explicación más detallada, incluyendo el edicto de Diocleciano, véase E. Jaefert,
Skomod och skotillverkning fran medeltiden vara dagar
, Estocolmo, 1938.
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[125]
En cuanto al origen y al significado de «Aschenbrödel» y en lo referente a otros detalles de la historia, véase Bolte y Polivka, op. cit, y Anna B. Rooth,
The Cinderella Cycle
, Gleerup, Lund, 1951.
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[126]
Barnes,
op. cit
.
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[127]
B. Rubinstein, «The Meaning of the Cinderella Story in the Development of a Little Girl»
American Imago
, vol. 12 (1955).
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[128]
«La Gatta Cenerentola» es el sexto relato del primer día del
Pentamerone
de Basile,
op. cit
.
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[129]
La idea de dejar caer la tapa de un baúl sobre la cabeza de una persona para matarla es sumamente rara, aunque la encontremos en una de las historias de los Hermanos Grimm, «El junípero», en el que una perversa madrastra mata a su hijastro de esa misma manera. Probablemente esta noción tiene un origen histórico. San Gregorio de Tours, en su
Historia de los francos
, cuenta que la reina Fredegunda (muerta en 597) intentó matar a su hija Rigundis de ese mismo modo, pero ésta se salvó gracias a los criados que se precipitaron rápidamente en su ayuda. La causa por la que la reina trató de cometer este asesinato es que la muchacha aseguró que ella debería ocupar el puesto de su madre porque era mucho «mejor», es decir, había nacido hija de un rey, mientras que la madre comenzó su vida trabajando como doncella. Así pues, la altivez edípica de una hija —«el puesto de mi madre es más adecuado para mí que para ella»— conduce a la venganza edípica de la madre, que intenta eliminarla por miedo a verse despojada de su privilegiada posición.
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[130]
En una historia del tipo de «Los dos hermanitos», «La mala matrè», los niños dan muerte a una madre perversa a instancias de una maestra, y, como en la historia de Basile, convencen a su padre de que se case con aquélla. Este relato, al igual que el de Basile, procede del sur de Italia, por lo que parece probable que uno sirviera de modelo al otro.
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[131]
«La mala matrè», en A. de Nino,
Usi e costumi abruzzesi
, vol. 3:
Fiabe
, Florencia, 1883-1887.
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[132]
Los numerosos cuentos cuyo tema principal es el de Cenicienta se comentan en Marian R. Cox,
Cinderella: Three Hundred and Forty-five Variants
, David Nutt, Londres, 1893.
<<

[133]
Este hecho puede ilustrarse perfectamente citando un famoso error ocurrido durante los primeros tiempos del psicoanálisis. Freud, basándose en lo que sus pacientes femeninas le contaban durante las sesiones —sueños, asociaciones libres, recuerdos— llegó a la conclusión de que todas ellas, de pequeñas, habían sido seducidas por sus padres, y que este era, pues, el origen de sus neurosis. Únicamente cuando empezó a tratar pacientes, cuya vida, en sus primeros años, conocía de sobras, y que tenían recuerdos semejantes —Freud sabía perfectamente que no había habido seducción alguna—, se dio cuenta de que era imposible que tal seducción se produjera con tanta frecuencia. Entonces Freud comprendió —y a partir de entonces esto se ha ido corroborando en numerosos ejemplos— que lo que estas pacientes recordaban no era algo que hubiera sucedido en realidad, sino algo que ellas habían deseado intensamente. De pequeñas, durante su período edípico, habían anhelado que su padre se enamorara profundamente de ellas, convirtiéndolas así en su esposa o, como mínimo, en su amante. Habían deseado tanto que esto ocurriera y lo imaginaron tan vívidamente que terminaron por creerlo. Más tarde, al evocar el contenido de estas fantasías, este sentimiento se les presentó de modo tan intenso que terminaron por atribuirlo a la realidad, es decir, que tales acontecimientos se llevaron a cabo. Pero, según afirmaban las pacientes, ellas no habían hecho nada que pudiera provocar la seducción paterna, todo había sido obra del padre. Resumiendo, eran tan inocentes como Cenicienta. Después de comprender que estos recuerdos no se referían a hechos reales, sino tan sólo a fantasías, y después de ayudar a sus pacientes a analizar y penetrar en el fondo de su inconsciente, se dio cuenta de que no se trataba únicamente de deseos imaginariamente realizados, sino que llegó a la conclusión de que sus pacientes estaban muy lejos de haber sido inocentes en su infancia. Además de desear que su padre las sedujera, habían intentado, a su vez, seducirlo a su manera infantil, mostrando y poniendo de relieve su amor por su padre y cortejándolo de mil maneras distintas (Sigmund Freud, «An Autobiographical Study»,
New Introductory Lectures to Psychoanalysis
, etc, op. cit, vols. 20 y 22).
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[134]
Por ejemplo, en «Cap o' Rushes», Briggs,
op. cit
.
<<

[135]
La «Cenicienta» de Perrault se halla publicada de nuevo en Opie y Opie,
op. cit
. Desgraciadamente, como en casi todas las traducciones inglesas, no se incluyen los versos finales que moralizan sobre el contenido de la historia.

Para el cuento de los Hermanos Grimm «Aschenputtel», véase Grimm,
op. cit
.
<<

[136]
«Rashin Coatie», Briggs,
op. cit
.
<<

[137]
Stith Thompson,
Motif Index…, op. cit
, y
The Folk Tale
, Dryden Press, Nueva York, 1946.
<<

[138]
Es una lástima que «Cenicienta» se haya hecho famosa en inglés bajo el nombre de «Cinderella», traducción demasiado fácil e incorrecta del francés «Cendrillon» que, como el nombre alemán de la heroína, hace hincapié en el hecho de vivir entre cenizas
(ashes)
.
Ashes
es la traducción correcta de la palabra francesa
cendre
derivada del término latino
cinerem
(cenizas). El
Oxford English Dictionary
señala que la palabra
cinders
(que da origen al título inglés del cuento, «Cinderella») no está etimológicamente relacionada con el término francés
cendres.
Es importante poner de relieve esta distinción por las connotaciones que el nombre de «Cinderella» lleva implícitas.
Ashes
es la sustancia gris, en polvo y sin impurezas, resultado de una combustión completa; mientras que
cinders,
por el contrario, se refiere a los residuos impuros de una combustión incompleta.
<<

[139]
La pureza de las sacerdotisas responsables del fuego sagrado, y el fuego mismo, que purifica, evocan connotaciones relacionadas con las cenizas. En muchas sociedades se utilizaban las cenizas para las abluciones. Esta era una de las connotaciones más típicas de las cenizas, aunque actualmente no está tan extendida.

El dolor y la aflicción podrían ser también connotaciones del término «cenizas». El esparcir cenizas sobre la cabeza, como se hace el Miércoles de Ceniza, es, todavía hoy, un signo de desconsuelo, al igual que en tiempos pasados. El hecho de sentarse entre cenizas como reacción y signo de condolencia se menciona ya en la
Odisea,
y era una costumbre practicada por muchos pueblos. Al situar a Cenicienta entre cenizas
(cinders)
y hacer derivar de ahí su nombre, las connotaciones de pureza y de profunda aflicción, presentes en el nombre original italiano (muy anterior al cuento de Perrault), al igual que en el francés y el alemán, son sustituidas en inglés por otras de signo totalmente opuesto: porquería y suciedad.
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[140]
Sobre el significado ritual de las cenizas y sobre el papel de las mismas en las purificaciones y en el luto, véase el artículo «Ashes» en James Hastings,
Encyclopedia of Religion and Ethics
, Scribner, Nueva York, 1910. En lo relativo al significado y uso de las cenizas en la tradición folklórica, y a su papel en los cuentos de hadas, véase el artículo «Asche» en Bächtold-Stäubli, op. cit.
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[141]
«Rashin Coatie», o un cuento muy parecido a este, aparece citado en el
Complaynt of Scotland
(1540), editado por Murray (1872).
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[142]
Este cuento egipcio está incluido en René Basset,
Contes populaires d'Afrique
, Guilmoto, París, 1903.
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[143]
Erik H. Erikson,
Identity and the Life Cycle, Psychological Issues
, vol. 1 (1959), International Universities Press, Nueva York, 1959.
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[144]
En una historia de «Cenicienta» procedente de Islandia, la madre muerta se aparece en sueños a la heroína maltratada y le regala un objeto mágico que guiará sus pasos hasta que un príncipe encuentre su zapatilla, etcétera. Jon Arnason,
Folk Tales of Iceland
, Leipzig, 1862-1864, y
Icelandic Folktales and Legends
, University of California Press, Berkeley, 1972.
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[145]
En cuanto a las distintas tareas encomendadas a Cenicienta, véase Rooth,
op. cit
.
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[146]
En cuanto a las lagartijas, Soriano nos recuerda la expresión francesa «perezoso como una lagartija», que podría explicar el hecho de que Perrault eligiera estos animales para transformarlos en lacayos, cuya abulia daba pie a chistes y burlas.
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[147]
Soriano,
op. cit
.
<<

[148]
Esta ridiculización de la historia de Cenicienta queda subrayada por lo que Soriano llama «la amarga ironía» de la segunda moraleja con la que Perrault concluye su relato. En ella afirma que, aunque sea beneficioso poseer inteligencia, valor y otras buenas cualidades, éstas no sirven de mucho («ce seront choses vaines») si no se tienen padrinos o madrinas que las hagan prevalecer.
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[149]
Cox,
op. cit
.
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[150]
Bruno Bettelheim,
Symbolic Wounds
, The Free Press, Glencoe, 1954.
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[151]
La historia de Rodopis la hallamos mencionada por Estrabón en
The Geography of Strabo
, Loeb Classical Library, Heinemann, Londres, 1932.
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[152]
Gran cantidad de tradiciones y costumbres folklóricas sostienen la noción de que la zapatilla puede representar muy bien la vagina. Rooth, citando a Jameson, asegura que entre los manchú es tradicional que la novia regale unas zapatillas a los hermanos del marido, quienes se convierten en sus compañeros sexuales a través del matrimonio, puesto que se practica el matrimonio grupal. Las zapatillas están adornadas con
lien hua,
término vulgar para designar los genitales femeninos.

Jameson cita numerosos ejemplos en que la zapatilla es utilizada como un símbolo sexual en China; por su parte, Aigremont nos proporciona ejemplos similares procedentes de Europa y Oriente.
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[153]
Rooth,
op. cit
.
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[154]
Raymond de Loy Jameson,
Three Lectures on Chinese Folklore
, Publications of the College of Chinese Studies, Peiping, 1932.

Aigremont, «Fuss- und Schuh-Symbolik und Erotik»,
Anthropopyteia
, vol. 5 (Leipzig, 1909).
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[155]
«Pisa con cuidado que estás caminando sobre mis sueños», del poema «He Wishes for the Cloths of Heaven», en William Butler Yeats,
The Collected Poems
, Macmillan, Nueva York, 1956.
<<

[156]
Uno podría preocuparse, y con razón, si un niño reconociera, por ejemplo, a nivel consciente, que la zapatilla de oro simboliza la vagina, al igual que se inquietaría si el pequeño comprendiera conscientemente el contenido sexual de la conocida cancioncilla infantil:

¡Quiquiriquí!

Mi maestra ha perdido su zapato;

mi maestro ha perdido el arco de su violín;

y no saben qué hacer.

En esta estrofa, el zapato posee el mismo significado simbólico que en «Cenicienta». Si el niño comprendiera el contenido de esta canción infantil, realmente «no sabría qué hacer». Esto mismo sucedería si captara —ningún niño es capaz de ello— todos los significados ocultos de «Cenicienta», de los que tan sólo he mencionado algunos, y aun hasta cierto punto.
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[157]
Erikson,
Identity and the Life Cycle, op. cit.; Identity, Youth, and Crisis, op. cit
.
<<

[158]
Las historias de «Cenicienta» en las que la muchacha es descubierta, no por una zapatilla, sino por un anillo son (entre otras) «María Intaulata» y «María Intauradda», ambas figuran en el
Archivio per lo Studio delle Tradizioni Populari
, vol. 2, Palermo 1882, y «Les souliers», en Auguste Dozon,
Contes Albanais
, París, 1881.
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[159]
Recuérdese que la versión inglesa lleva por título, «The Fairy Tale of One Who Went Forth to Learn Fear», cuya traducción literal sería «El cuento de uno que salió a aprender el miedo».
(N. de la t.)
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[160]
El hecho de que en estos cuentos sea unas veces el amor de la muchacha lo que salve al animal-novio, y otras, la devoción del amante, que con su entrega, rompe el hechizo infligido al animal-novia demuestra una vez más que este tema es aplicable a ambos sexos por igual. En las lenguas cuya estructura lo permite, los nombres de los protagonistas son ambiguos, para que el oyente pueda, con toda libertad, atribuirles el sexo que prefiera.

En las historias de Perrault, el nombre de los personajes centrales puede considerarse tanto masculino como femenino. Por ejemplo, el título de «Barbazul» corresponde en francés a «La Barbe Bleue»; en este caso, el nombre de un personaje claramente masculino se cambia de tal manera que adopta el artículo femenino. El título francés de Cenicienta, «Cendrillon», tiene una terminación masculina, puesto que la forma femenina sería algo así como «La Cendrouse». Caperucita Roja se denomina «Le Petit Chaperon Rouge» porque en francés
chaperon
es una prenda de vestir masculina y, por ello, el nombre de la niña lleva el artículo masculino. La Bella Durmiente, «La Belle au bois dormant», toma el artículo femenino pero
dormant
es una forma aplicable a ambos géneros (Soriano,
op. cit.
).

En alemán, la mayoría de protagonistas tienen nombres del género neutro, como el niño mismo
(Das Kind).
Por ejemplo,
Das Schneewittcken
(Blancanieves),
Das Dornröschen
(Bella Durmiente),
Das Rotkäppchen
(Caperucita Roja),
Das Aschenputtel
(Cenicienta).
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