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Authors: Don Winslow

Tags: #Intriga

Los reyes de lo cool (3 page)

Chon pasa por encima del cuerpo postrado de Brian y hunde el puño en el plexo solar de Colega Uno, que se dobla sobre sí mismo. Chon lo agarra de la nuca y empuja hacia abajo a la vez que levanta la rodilla para enterrarla en su rostro, después lo arroja a un lado y se dirige hacia Colega Dos, que se cubre la cara con los puños, lo cual no sirve de nada ya que Chon le golpea en el gemelo derecho con una patada barredora que le hace perder el equilibrio. La parte trasera del cráneo de Colega Dos golpea el suelo con fuerza, pero no con tanta como la que tienen los dos taconazos que le planta Chon en la cara, destrozándole la nariz y dejándole, como suele decirse, inconsciente, mientras Colega Tres…

Colega Tres…

Ahhh, Colega Tres.

13

Una triste realidad de la vida:

La gente inteligente puede, en ocasiones, ser estúpida, pero la gente estúpida nunca puede ser inteligente.

Nunca.

Jamás
.

—Uno puede
descender
por la escalera evolutiva —es la observación que ha compartido Chon con Ben y O; subirla, no.

(Vale, siempre está el colgado de turno que intenta subir las escaleras mecánicas de bajada en el centro comercial, pero eso solo sirve para demostrar la afirmación precedente.)

Así pues:

Colega Tres, tras haber presenciado la destrucción total de sus tres amigos en cuestión de segundos de un solo dígito, se mete corriendo en la furgoneta (en cuyo interior, si fuese listo, habría permanecido) y sale (¿lo veis?) con una pistola.

Y le dice a Chon:

—¿A ver
ahora
qué haces, gilipollas?

La acusación no tiene más que añadir.

Dios es Dios.

Darwin es Darwin.

14

EXT. APARCAMIENTO DE PLAYA — DÍA

Un SURFISTA INCONSCIENTE con una PISTOLA (con el seguro puesto) empotrada en la boca yace asomando por la puerta corredera de una furgoneta. Otros DOS SURFISTAS yacen en posición fetal en el suelo.

Con sus trajes de neopreno, parecen bebés de foca en un anuncio de PETA.

Chon rebusca en la guantera de la furgoneta y encuentra CIENTO VEINTICINCO GRAMOS de marihuana envueltos en plástico que guarda en el bolsillo de su chaqueta.

Después se aproxima a un cuarto surfista, BRIAN, que está a cuatro patas intentando levantarse sin éxito.

CHON le patea las costillas.

Varias veces.

Después le agarra del cuello y lo arrastra hasta la furgoneta.

CHON

Brian, haz que corra la voz desde este momento y lugar: no es saludable robar nuestro producto. Es particularmente poco saludable poner le la mano encima a nuestra gente. Y otra cosa…

Chon extiende el brazo derecho de Brian sobre un extremo del parachoques de la furgoneta, después coge el bate de béisbol y

¡CRACK!

Brian chilla.

CHON

La próxima vez te mato.

15

Hora de marcharse.

O está intentando escabullirse de la puta casa.

Una casa muy cara en la vallada y exclusiva comunidad de Monarch Bay.

Solo que Rupa está, o sea,
muy
encima.

—¿Qué vas a
hacer
con tu vida? —pregunta.

—No sé.

—¿Vas a volver a estudiar?

—No sé.

—¿Vas a buscarte un trabajo?

—No sé.

Fijémonos en Rupa:

Pelo rubio, perfectamente peinado.

Rasgos tallados (no es una metáfora).

Maquillaje
perrrfecto
.

Un par de gramos de tela cubren su cuerpo
perrrrrfectamente
firme y esculpido con

UTDM.

Unas Tetas De Morirse.

(Muchos son los barcos que han naufragado entre
esos
arrecifes, amigo mío. Encallados y destrozados. Cromosomas Y azotados por la blanca espuma mientras esperan una moto acuática que no va a llegar.)

Rupa vuelve sus formidables pechos y sus formidabilísimos ojos hacia O.

—Bueno, pues
algo
tendrás que hacer.

—No sé —responde O encogiéndose ante su penetrante mirada.

—Tienes treinta días —dice Rupa.

—Para…

—Encontrar trabajo o retomar los estudios —responde Rupa, mientras corta fresas e introduce los pedazos en una batidora con dos cucharadas de polvo proteínico.

Últimamente le ha dado por los «batidos energéticos».

—Oh, Dios —responde O—. ¿Has vuelto a ir a uno de esos seminarios que predican el «amor duro»?

—Un DVD —responde Rupa.

—¿Ha sido cosa de Cuatro? —pregunta O.

Sabe
que ha sido cosa de Cuatro, el cual no quiere tener a una «joven adulta» zanganeando en la casa que considera suya solo porque se tira a Rupa en ella.

Yo vivía en esta casa antes que tú, piensa O.

Ahora que lo pienso, estuve
dentro
de Rupa antes que tú.

—¡No ha sido cosa de nadie! —grita Rupa por encima del estruendo de la batidora—. Tengo ideas propias, ¿sabes? Y si vuelves a estudiar, tendrás que tomártelo en serio.

Antes de renunciar por completo a esa farsa dejando de asistir a sus clases en Saddleback, O tenía una nota media de 1,7.

—¿Y si no? —pregunta.

—Si no, ¿qué?

—¿Quieres apagar ese puto trasto?

Rupa desconecta la batidora y vierte su batido energético en un vaso. O sabe que dentro de media hora irá al gimnasio a entrenar durante dos horas con su monitor personal, después se beberá un «sobre sustitutivo de la comida» y luego irá a yoga para después regresar a casa y echarse una siesta energética. Después dedicará dos horas a ponerse mona para cuando Cuatro llegue a casa.

Y considera que
yo
soy un coño inútil, piensa O.

—Tienes bigote de batido —le dice.

—Si no encuentras trabajo ni vuelves a estudiar —dice Rupa, secándose el labio superior con el dorso del dedo índice—, no podrás seguir viviendo aquí. Tendrás que encontrar piso propio.

—No tengo dinero para pagarme un piso.

—Ese no es mi problema —dice Rupa, que evidentemente ha estado practicando con el DVD.

Pero las dos saben que sí lo es.

Problema de Rupa, quiero decir.

Se olvidará de ello, piensa O, sabedora del enfoque bipolar con que Rupa ha abordado siempre su educación.

Rupa oscila exageradamente entre

Madre ausente y negligente y

Madre controladora y asfixiante

Rupa igual desaparece en:

Europa de vacaciones

Rehabilitación

Un retiro espiritual o simplemente

Un nuevo rollo

Y se olvida por completo de O.

Después regresa, sintiéndose culpable y toma

Un camino completamente opuesto

Microcontrolando la vida de O hasta el último detalle de su vestimenta, amigos, educación (o falta de la misma), carrera (véase «educación»), equilibrio entre proteínas y carbohidratos, llegando al punto de vigilarle
literalmente
el culo durante una fase «colónica» ciertamente desdichada.

Es «O si / O no».

No existe término medio y ha sido así

Siempre

Desde que O tiene uso de razón.

Lo peor es cuando Rupa regresa de la clínica de desintoxicación o de un retiro espiritual. Tras haberse arreglado ella, se dispone a arreglar a O.

—Yo no estoy rota —arguyó O en cierta ocasión.

—Oh, cariño —respondió Rupa—,
todos
estamos rotos.

Ciertamente, pensó O, Rupa pasa muchísimo tiempo en The Body Shop.
[2]
En cualquier caso, tras una larga discusión sobre el empeño de O en negar su «rupturabilidad», quedó decidido que la autorrealización era un río cuyo curso sencillamente no puede ser forzado, y que O simplemente tendría que permanecer en la ribera del autoengaño, lo cual a O ya le iba bien, a pesar de estar bastante segura de que Ribera el Engañado era el nombre de un tipo con el que Rupa había salido brevemente.

Pero ahora esta historia de los treinta días.

O se dirige hacia la puerta.

—¿Adónde vas?

—A unirme a los Cuerpos de Paz —responde O.

O a ver a Chon.

Que es

Justo lo contrario.

16

En realidad fue el hecho de que O no tuviera ni repajolera idea de qué iba a hacer con su vida lo que condujo a Ben y Chon al negocio de la marihuana hace dos años, al motivar una discusión sobre el concepto de «vocación», y el maestro de la palabra que es Chon observó que «vocación» solo se diferencia en una vocal de «vacación», a pesar de poder considerarse un antónimo.

Es decir:

vocación
. f. del latín
vocatio
, acción de llamar. Ocupación por la que una persona siente una inclinación particular o para la que está predispuesta, entrenada o cualificada.

vacación
. f. Libertad de ocupación.

—Pero —preguntó Ben— ¿de verdad
querrías
liberarte de algo por lo que sientes una inclinación particular? Probablemente no.

De modo que, tras su siguiente destacamento, Chon volvió a casa con:

Un Corazón Púrpura

Una nueva colección de pesadillas y…

17

Una semilla.

La Viuda Blanca.

Una variedad de cannabis particularmente exquisita y cargada de THC.

Cuando la semilla de una idea se encuentra con la semilla física y real, se da un momento

Seminal.

Seminal
. adj.

  1. Perteneciente o relativo al semen (uhhhh, no).
  2. Botánica, perteneciente o relativo a la semilla (evidentemente).
  3. Que tiene posibilidades de desarrollo (claro, coño).
  4. Sumamente original e influyente en el desarrollo de futuros acontecimientos. (Bueno, esperemos que así sea.)

Ben tomó aquella semilla seminal y, explotando su potencial de desarrollo, la desarrolló de la hostia y de una manera sumamente original que acabaría influyendo en los acontecimientos futuros.

Ben comenzó a cultivar una nueva planta.

18

Primero, separó las plantas macho de las plantas hembra.

—Ooohhh —dijo O—, qué penita.

—No queremos que se fertilicen accidentalmente.

—¿No podríamos ponerles unos condoncitos a los machos? —preguntó O.

Ben le dijo que no.

—¿Y cómo distingues a las plantas macho de las plantas hembra? —preguntó O.

—Porque los estambres parecen cojones —dijo Ben.

—Bueno, ahí lo tienes pues.

—Escogemos una planta macho —explicó Ben—, tomamos su polen y con él polinizamos a la planta hembra.

—Puede que tengáis que dejarme un par de minutos a solas —dijo O.

A O le parecía muy divertido que Ben hubiera creado una granja de marihuana en plan Isla de Lesbos, como en una película de prisión de mujeres. También le producía cierto orgullo neofeminista que los cogollos más potentes, jugosos y cargados de THC fuesen producidos por las hembras.

El caso es que Ben utilizó la semilla producida por la hembra polinizada para crear lo que en genética se denomina el híbrido F1. Después cultivó el híbrido, tomó su semilla y volvió a cruzarla con la planta progenitora.

—¿Con la madre? —preguntó O.

—Ajá.


Puuuaajjj
—respondió O—. Eso es como
incesto
.

—Sin el
como
. Es incesto.

—Que suene el banjo.

O acabó bautizando a la variedad de marihuana de Ben «LA».

No «Los Ángeles».

«Lesbiana de los Apalaches.»

19

Ben siguió cruzando endogámicamente como en una familia real europea, generación tras generación, hasta obtener no un miembro del Tea Party ni un idiota babeante de ojos enrojecidos, sino una planta hembra cuyos fecundos cogollos realmente goteaban THC (vale, no literalmente).

Tetrahidrocannabinol.

Alias delta-9-tetrahidrocannabinol.

Alias dronabinol.

La principal sustancia psicoactiva de la marihuana.

(Para los porretas que nos estén leyendo, es el motivo de que ahora mismo estéis demasiado colocados como para comprender las palabras «sustancia psicoactiva».)

Ben el Botánico Loco no creó un Porsche, creó un Lamborghini.

No un Rolex sino un Patek.

Si la variedad de Ben fuese un caballo, sería Secretariat.

Si fuese una montaña, el Everest.

Michael Jordan.

Tiger Woods.

(antes)

Lo más.

Non Plus Ultra.

Cherry Garcia.

Cannabis hidropónico.

20

Hidro, por supuesto, significa agua, y son muchas las ventajas de cultivar cannabis en agua en vez de en tierra.

(Para aquellos que estéis prestando atención, hablamos de tetra-
hidro
-cannabinol, ¿recordáis?)

Obtienes cosechas más rápidas y productivas, porque el cultivo hidropónico evita el proceso de arraigado; normalmente tienes una tanda lista en doce semanas —cuatro cosechas al año—, y puedes controlar tanto el «sol» como el «clima». Por lo tanto, puedes rotar tus cultivos de criadero en criadero para tener una cosecha continua.

La falta de tierra supone la ausencia de plagas y parásitos. No tendrás que vivir con la preocupación de ir a despertarte una mañana para descubrir que tres meses de trabajo están siendo devorados o agonizando por culpa de una enfermedad contagiosa. Por lo tanto, no tendrás que rociar tus plantas con pesticidas tóxicos y demás mierdas.

Al estar más automatizado, el cultivo hidropónico requiere de menos trabajo. Cuanto menos trabajo, menos gastos laborales, claro, pero también menos bocas que puedan irse de la lengua. Una mayor automatización requiere de una mayor inversión inicial, pero puede irse amortizando a lo largo de varios años, y el incremento en la productividad compensa más que de sobra el desembolso.

Ben también tenía un motivo filosófico para optar por la hidro.

—Los seres humanos están compuestos en su mayor parte de agua —les dijo a Chon y a O—. Así que es como si la hidro estuviera volviendo a casa.

—Es un concepto muy bonito —dijo O.

—O una gilipollez —añadió Chon.

En cualquier caso, hizo falta algo más que agua para poner el negocio en marcha.

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